
Formación
Bill Gates, co-fundador de Microsoft, sobre su decisión de abandonar Harvard: "No creo que me perdiera nada"
Con una convicción tan firme en el potencial del desarrollo de software como la que tenía Gates la idea de culminar antes unos estudios universitarios era un obstáculo para él

Todo el mundo sabe de la complejidad a la hora de emprender un negocio. Si esa aventura se inicia a la temprana edad de 19 años el desafío parece aún mayor. Y si se hace dejando de lado los estudios en una de las universidades más prestigiosas del planeta, entonces se convierte en un salto mortal con un futuro incierto.
Esa puede ser la visión desde fuera, pero, quien tiene claro que quiere que ese sea su camino, lo hace con el convencimiento de que es la decisión acertada. Esa fue la disyuntiva a la que tuvo que hacer frente un joven Bill Gates que soñaba con un ordenador en cada hogar allá por el año 1975 y que le convirtió en el referente que es hoy en día.
Adiós carrera universitaria, hola carrera empresarial
Poca gente sabe que el hombre que fundó Microsoft junto a Paul Allen hace cincuenta años lo hizo dejando a un lado sus estudios en la Universidad de Harvard cuando apenas contaba con 19 años. Y es que Bill Gates tenía claro que su formación y sus estudios podían continuar al margen de una institución académica y que la idea que sobrevolaba su cabeza en cuanto a desarrollo de software era una oportunidad única que no podía dejar escapar.
El propio Bill Gates reconoció en una entrevista concedida a David Rubenstein para su programa en la cadena de noticias Bloomberg “Conversaciones entre iguales” que, si bien lamenta no haber podido disfrutar más del ambiente universitario, no cree que aquello le repercutiera de forma negativa: “Siento que fue una lástima no poder quedarme allí, pero no creo que me perdiera ningún conocimiento porque todo lo que necesitaba aprender, lo hacía, todavía estaba en modo de aprendizaje”, apuntó durante su intervención.
Con ello, Bill Gates demuestra que la valentía no está reñida con la evolución y que su capacidad autodidacta le ha mantenido al corriente de cuanto necesitaba para respaldar los primeros pasos de Microsoft desde 1975. La decisión y trayectoria de Gates coinciden curiosamente con el consejo que Satya Nadella, uno de sus sucesores como director ejecutivo de Microsoft, apuntó en el programa de Emily Chang ‘The Circuit’, en el que Nadella abogó por la audacia y la razón a la hora de afrontar decisiones cruciales en la vida.
Una valentía que tuvo que hacer frente a ciertos prejuicios, eso sí. Porque la confianza propia que Bill Gates y Paul Allen tenían en Microsoft era importante, pero no les evitó tener que lidiar en sus primeras etapas con responsables que dudaban de su valía por su edad: “Para algunos, esa juventud y ese ‘frikismo’ era como: "Oye, ¿deberíamos confiar en ellos? Es muy raro, nunca habíamos visto algo así antes, así que tuvimos que luchar por ser aceptados. Pero luego, a medida que tuvimos algo de éxito, la gente se fascinó por nuestra profunda fe en el software”, reconoció Gates.
El reconocimiento profesional y el crecimiento empresarial hicieron que la decisión de Bill Gates de abandonar sus estudios en Harvard y continuar con su emprendimiento y con su formación autodidacta y movida por la curiosidad personal fueran un punto de inflexión en el mundo tecnológico.
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