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La demoledora película sobre educación y desigualdad que no vas a olvidar está en Netflix: no te la puedes perder esta semana
No pretende darte una lección de vida ni de cine: solo quiere contarte algo para que, cuando lo veas, seas consciente de que existe
Esta película argentina podría parecer, en un primer momento, otra historia más en la que un profesor llega "de fuera" dispuesto a cambiarlo todo. Pero Diego Lerman, su director, tenía claro que no iba a caer en clichés ni en discursos condescendientes, y así lo transmite desde el primer plano: se inspira en experiencias reales de escuelas del conurbano bonaerense, recogidas por él mismo y por la coguionista María Meira.
La cámara nos mete en un aula que podría ser cualquiera del mundo: pupitres gastados, paredes agrietadas y adolescentes con la mirada en otra parte... pero en mitad de todo se impone Juan Minujín, una cara más que conocida, quien sostiene buena parte del peso emocional de la película con una interpretación tan contenida como magistral. La cinta fue nominada a la Concha de Oro de San Sebastián, a los Premios Platino y a los Premios Sur, donde parte de su elenco arrasó recogiendo estatuillas, pero su verdadero mérito se refleja en las webs de reseñas. Aunque en Rotten Tomatoes acumula pocas valoraciones, su 87% de aprobación crítica la respalda.
Enseñar también es atreverse a no mirar para otro lado
Sigue la historia de Lucio (Juan Minujín), un profesor universitario con cierto prestigio y una vida acomodada, aunque algo desencantado con la burbuja intelectual en la que vive. Cuando acepta sustituir temporalmente a un profesor en una escuela pública de un municipio cercano a la Ciudad de Buenos Aires, pensó que se trataría de un simple parche en su carrera, un gesto casi burocrático. Sin embargo, lo que encuentra al llegar allí no son interesantes debates académicos, sino una cantidad ingente de ausencias, amenazas, alumnos desconectados del sistema y un claustro docente al borde del colapso. Allí, dar clase no es solo enseñar literatura: es intentar construir un espacio de confianza donde el conocimiento pueda significar algo.
Entre ese caos, destaca la mirada de Dylan (Lucas Arrua), un chico con una sensibilidad y una inteligencia fuera de lo común, pero que arrastra un entorno familiar complicado, especialmente por la venta de drogas y la falta de opciones reales. A medida que Lucio intenta tenderle una mano, poco a poco empieza a cuestionarse su propio rol como educador y sus privilegios como ciudadano y como hombre. Y no, la trama no cae en el típico cliché de "profesor salva a los chicos" que hemos visto en otras películas, sino que construye una historia de doble transformación, donde nadie sale igual que entró. Habla de vínculos improbables, de decisiones incómodas y de fisuras, a veces invisibles, por donde aún puede colarse un rayo de esperanza.
Si quieres ver con tus propios ojos la historia de 'El suplente', podrás hacerlo única y exclusivamente con una suscripción a Netflix. Eso sí, por las restricciones de licencias, el plan con anuncios no la incluye dentro de sus opciones. Solo dura 1 hora y 50 minutos, pero se queda grabada en la cabeza para siempre.