
DeepSeek ChatGPT
Jonathan Ross, uno de los grandes expertos tecnológicos, alerta de la vuelta a la Guerra Fría: "Lo han vuelto a hacer, es como Sputnik"
El fundador de Grok no dejó pasar la oportunidad de enviar un recado al sector tecnológico estadounidense tras la irrupción de DeepSeek comparándolo con el satélite soviético

El avance y la evolución siempre tienen dos objetivos, uno más altruista y otro que entronca con la propia naturaleza humana, que lleva a competir y a ver cualquier aspecto de la vida como una meta a la que llegar o un concurso en el que presentar la mejor candidatura.
El primero de los propósitos es cumplir con el plan de acción fijado y lograr el producto, servicio o propósito ideado en el comienzo. Visto de forma aséptica, esto es algo muy general y que no necesariamente tiene que ir ligado con el rédito económico o de obtener una posición ventajosa, aunque luego la idea sea la de una explotación mercantil en el caso de bienes de consumo y servicios.
El segundo de los objetivos sí gira más en torno a esa idea de hacer algo antes o mejor que el resto. Esa vena competitiva que casi cualquiera que se embarque en algo acaba sacando a relucir. Con la tecnología pasa esto de forma diaria y cuando surgen factores que no estaban sobre el tablero las circunstancias cambian para todos de forma drástica. Como lo hicieran en el pasado en momentos clave de la historia.
DeepSeek sigue la estela del Sputnik
Sobre ello reflexionó Jonathan Ross, CEO y fundador de Grok, la herramienta de inteligencia artificial implementada en X. Ross acudió a finales del mes de enero al programa de entrevistas 20VC, que dirige Harry Stebbings y en él tuvo reflexiones importantes acerca del mundo de la inteligencia artificial y del papel que han jugado los nuevos actores aparecidos en los últimos tiempos, como Deepseek.
Para Ross, la aparición de la inteligencia artificial que desarrolla modelos de lenguaje de código abierto chino supone una irrupción similar a la producida con el lanzamiento por parte de la Unión Soviética del satélite Sputnik. De hecho, calificó a Deepseek como “el Sputnik 2.0”.
El director ejecutivo de Grok no pudo evitar el tono distendido durante su reflexión acerca de Deepseek y la comparación con el papel en que nuevamente quedaban los servicios estadounidenses en comparación con los avances rusos o chinos, y lo hizo recordando un episodio del pasado que no deja en buen lugar a la Administración Nacional de Aeronaútica y el Espacio: “¿conocen esa historia de cómo la NASA gastó un millón de dólares en diseñar un bolígrafo que pudiera escribir en el espacio y los rusos trajeron un lápiz? Eso acaba de volver a ocurrir. Así que es un acontecimiento importantísimo”, destacó.
“¿Conocen esa historia de cómo la NASA gastó un millón de dólares en diseñar un bolígrafo que pudiera escribir en el espacio y los rusos trajeron un lápiz? Eso acaba de volver a ocurrir. Así que es un acontecimiento importantísimo.”
Así pues y a tenor de las palabras de Jonathan Ross, puede que las empresas estadounidenses tuvieran ventaja en cuanto al tiempo de desarrollo de su inteligencia artificial, pero la aparición de una compañía que ha podido lograr cotas muy similares reduciendo de forma drástica la inversión necesaria vuelve a poner en entredicho la hegemonía americana, como lo hiciera el Sputnik hace casi 70 años.
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