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Futuro

El poderoso secreto de la corteza terrestre: albergar la energía del futuro

El planeta Tierra tiene una energía muy poderosa en su interior y ahora los expertos quieren explotarla de la mejor manera posible

Planeta Tierra. AP

Llevamos décadas buscando la energía del futuro en los lugares equivocados. Mientras apostamos por paneles solares y molinos de viento, la solución podría estar literalmente bajo nuestros pies, esperando ser descubierta desde hace mil millones de años.

El hidrógeno es el santo grial de la energía limpia y uno de los medios más codiciados de la historia: combustible potente, sin emisiones de carbono, versátil como ninguno. El problema siempre ha sido producirlo, porque los métodos actuales son caros y contaminantes. Pero resulta que la Tierra lleva cocinando su propia reserva en cronologías tan dilatadas que no podemos ni imaginarnos.

Y no hablamos de cantidades pequeñitas precisamente. Los científicos calculan que hay suficiente hidrógeno natural almacenado en la corteza terrestre para abastecer nuestras necesidades energéticas durante 170.000 años. Es el tipo de cifra que hace replantearse todo lo que creíamos saber sobre recursos energéticos.

El secreto del manto de la Tierra

Un equipo de investigadores británicos y canadienses ha desarrollado el primer mapa del tesoro para localizar las vastas reservas de hidrógeno natural ocultas en la corteza terrestre, según apuntan desde ScienceAlert. Su descubrimiento no es solo teórico: han creado una estrategia de exploración concreta que podría revolucionar cómo obtenemos energía limpia.

El proceso es bastante simple a nivel general. Cuando el agua subterránea entra en contacto con rocas ricas en hierro o elementos radioactivos, bajo las condiciones precisas de temperatura y presión, se produce hidrógeno de forma natural. El tiempo de “cocción” es de aproximadamente mil millones de años, pero el resultado vale la espera: depósitos masivos de combustible limpio listos para ser extraídos.

La prueba de que funciona ya existe. En Bourakebougou, Mali, se está extrayendo hidrógeno natural desde hace años, demostrando que no es una quimera científica, sino una realidad comercialmente viable. Los investigadores han identificado zonas similares en todo el planeta, especialmente en regiones montañosas donde el movimiento de placas tectónicas crea las condiciones perfectas.

El verdadero problema de todo esto no está en encontrarlo como tal, ya que está ahí, sino que el pequeño matiz se encuentra en encontrarlo intacto. Los microbios subterráneos tienen un apetito voraz por este gas, devorándolo donde lo encuentran. Por eso, la “receta” incluye identificar zonas libres de estos microorganismos hambrientos, lugares donde el hidrógeno ha permanecido sellado y preservado durante eones.