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Inteligencia artificial

Sam Altman lanza una inquietante advertencia sobre la IA, pero no es para los niños: "Los que de verdad me preocupan son los padres"

Para el creador de ChatGPT la adaptación de los más jóvenes a las nuevas tecnologías ha quedado demostrada a lo largo de la historia reciente, de ahí su confianza

Sam Altman, cofundador de OpenAI Bloomberg

Las lecciones que se aprenden de pequeño son de esas que nunca se olvidan. Sucede igual con actos cotidianos como nadar o montar en bicicleta. Ese tipo de aprendizajes que se adquieren en edad temprana luego se ejecutan de manera natural, sin esfuerzo para llevarlos a cabo. Algo similar ocurre con la tecnología.

Gran parte de los hogares de las nuevas generaciones han podido crecer con un ordenador en su casa, que era el sueño de Bill Gates al poner en marcha Microsoft. Esto ha ayudado a que la adaptación de los jóvenes a los avances tecnológicos sea algo natural y que les haya facilitado mantener el ritmo de evolución posterior.

La barrera de la edad para la adaptación

Esa facilidad de aprender algo desde una edad temprana es algo que, según Sam Altman, creador de ChatGPT, va a jugar en favor de los más jóvenes a la hora de entablar una relación con todo lo que abarca la inteligencia artificial, aunque siempre con las precauciones adecuadas. De hecho, en su opinión, quienes más problemas pueden tener con la tendencia de evolución actual en materia de inteligencia artificial y adaptación a la misma son los padres de las nuevas generaciones.

Así lo confesó Sam Altman durante su intervención el pasado día 23 de julio en el espacio de entrevistas que presenta el cómico estadounidense Theo Von bajo el título “El fin de semana pasado con Theo Von” y que cuenta con más de cuatro millones de seguidores en la plataforma de vídeos YouTube. Altman señaló que no le preocupan los niños, cuya capacidad de adaptación a las novedades tecnológicas ha quedado patente a lo largo de la historia, pero no ha sucedido igual con la gente de más edad.

El dominio de los avances para las generaciones de niños que crecen con ellos es algo que Sam Altman considera probado durante los últimos años, de ahí su preocupación por las figuras adultas: “Me preocupan los padres. Si tienes 50 años y tienes que aprender a hacer las cosas de una manera muy diferente, eso no siempre funciona”, apuntó.

El positivismo de Sam Altman en cuanto a la capacidad de los más pequeños para adoptar nuevos caminos de la mano de la tecnología es algo que ha visto ya episodios en los años previos, de los que las nuevas generaciones han salido victoriosas, logrando un conocimiento y aprendizaje que les ha valido para adaptarse a los cambios laborables inherentes a esas evoluciones: “En cuanto a la capacidad de los niños para prepararse para el futuro y usar las nuevas tecnologías, parecen haberlo hecho muy bien siempre a lo largo de la historia”, destacó Altman.

La adaptación a las nuevas tecnologías por parte de los niños no altera a Sam Altman, que sin embargo sí reconoció cierto temor con respecto a la tecnología infantil y al uso que actualmente hacen generaciones de muy corta edad de determinadas plataformas: “Me preocupa la tecnología infantil. Creo que este desplazamiento continuo por la pantalla (scrolling), como un subidón de dopamina en los videos cortos, probablemente esté afectando profundamente el desarrollo cerebral de los niños”, quiso poner de manifiesto Altman a la hora de hablar de tecnología y edad temprana.

La diferencia fundamental la estableció Sam Altman entre impacto de la tecnología y capacidad de los niños de prepararse para un futuro ligado a las nuevas tecnologías. Dos aspectos que requieren supervisión y que se añaden a la preocupación mostrada por el director ejecutivo de OpenAI acerca del modo en que las personas de mediana edad serán capaces de adaptarse a las exigencias que establece la evolución de la inteligencia artificial ligada a las nuevas tecnologías.