Dispare como Lara Croft y salte como Crash Bandicoot: así funciona el casco de realidad virtual de Apple

Dispare como Lara Croft y salte como Crash Bandicoot: así funciona el casco de realidad virtual de Apple

El gigante tecnológico tiene pensado lanzar su gran apuesta en 2022, fecha en la que sus usuarios podrán jugar, ver vídeos y comunicarse en un entorno digital 3D

Es el momento de correr. En seguida, derrapar. Murciélagos a la derecha. Un león por detrás. Saque el arma. Dispare. Después, encuentre la llave. Bucee. Corra por puentes colgantes. Cuidado, no se caiga. Y, entonces, salte. Hágalo con todas sus fuerzas. De lo contrario, probará los dientes del tan temido dinosaurio que acecha a Lara Croft en el primer reto de la saga Tomb Raider. Una aventura asfixiante, ¿verdad? Sin duda. Pero, ahora, imagine vivirla en carne y hueso. Sin las mieles de un mando y una pantalla. Usted y el juego. O mejor dicho, usted y el monstruo. Esta posibilidad, que tanto hemos soñado algunos y que aún resulta algo muy lejano a nuestras vidas, ya está dando sus primeros rayos de luz. ¿Se imagina nadar entre pirañas al más puro estilo Crash Bandicoot? ¿O combatir contra Heihachi Mishima para ganar el Puño de hierro de Tekken? Pues todo parece indicar que, en breve, podrá hacerlo. Y con bastante calidad.

Es cierto que ya hay marcas que han creado sus particulares cascos de realidad virtual para introducirnos en los mundos de sus respetos títulos. Ese es el caso de Oculus, Sony o HTC. Sin embargo, su efectividad aún está muy limitada. Es normal. Sus lanzamientos aún son los primerísimos desarrollos de una técnica que cuenta con un margen de explotación enorme.

De hecho, eso es lo que ha tenido que pensar Apple, que hasta ahora ha preferido mantenerse en un segundo plano y no competir también en este campo. Su intención inicial es lanzar su apuesta en 2022 y, a partir de ahí, ir avanzando en una jugada más sofisticada y única. Aunque con matices. Pues, en tal situación, no se plantea una revolución equivalente a la del iPhone ni mucho menos. Sencillamente, busca satisfacer dos necesidades: una interna y otra de nicho. La primera para no quedarse estacando en la carrera tecnológica y la segunda para satisfacer a quienes han hecho del ‘gaming’ una filosofía.

Tal y como ha revelado a Mark Gurman, el informador por excelencia de todo lo que se cocina en la misteriosa trastienda del gigante comercial, el dispositivo está pensando para jugar, ver vídeos y comunicarse en un entorno digital 3D. Algo similar a sentirse un Avatar de James Cameron en Pandora, pero con la posibilidad de desconectarse apretando tan sólo un botón. Siguiendo sus palabras en Bloomberg, la idea es que además incluya una serie de cámaras externas que permitan detectar la posición y el movimiento de las manos en el mundo real con la determinación de reproducirlo en el interior del mundillo virtual, eliminando la necesidad de usar guantes hápticos o accesorios especiales. Del mismo modo, ha sido muy tajante con respecto a otra característica: apenas incorporará funciones de realidad aumentada. Ésta se las dejará a las futuras gafas que producirá en 2023.

¿Cuál es la diferencia? Por un lado, la aumentada suele tomar como base el campo de visión real de la persona, superponiendo a la escena diferentes elementos digitales. Por otro lado, la virtual se construye de forma completamente sintética sobre una pantalla situada frente a los ojos. Por ejemplo, tomemos como referencia Final Fantasy VII: si utilizamos unas lentes de realidad aumentada, seguiríamos viendo el cristal a través del que jugaríamos con la posibilidad de obtener información extra sobre determinados elementos del juego. En cambio, si usamos un casco de realidad virtual, nos encontraríamos dentro del mundo de Squall Leonhart, viendo a través de sus ojos y portando sus diferentes armas.

¿El gran problema? Su peso

En el caso del proyecto de Apple, cuyo nombre técnico es N301, las primeras filtraciones sostienen que incorporará chips más potentes y una mejor resolución que las de sus competidores. En concreto, el reciente M1 y la ansiada 8K, respectivamente. Aunque en principio se consideró que el casco funcionase como un complemento que conectar al iPhone o a un instrumento externo de forma inalámbrica, la versión final será completamente independiente, albergando su propia batería interna.

Todo ello subraya que los de Cupertino tienen muy claras las directrices de su nueva creación, que se encuentra en un estado avanzado. No obstante, no hay que obviar los problemas que se han ido encontrado por el camino: el más importante, su peso. Los poderosos procesadores y los voluminosos ventiladores provocaron que el gadget fuera demasiado grande, lo que podría llegar a provocar fuertes dolores cervicales a los usuarios. En consecuencia, decidieron eliminar el espacio que normalmente reservan estos aparatos para los usuarios que portan gafas y así disminuir un poco su tamaño.

Con el fin de no perjudicar a estos últimos, la compañía de la manzana ha decidido insertar lentes graduadas hechas a medida. De esta forma, sería más ligero y estaría más cerca de los ojos, aliviando la tensión que recaería sobre el cuello. La gran desventaja es que, en muchos países, vender cristales graduados complica la comercialización, ya que obliga a considerar el casco como un dispositivo de salud para el que se requeriría una receta médica.

Pero hay un dato más: para reducir un poquito más sus dimensiones, la empresa ha tomado la decisión de recubrir su carcasa externa de tela y no optar por el característico acabado metálico de sus productos. El caso más conocido es el de los AirPods, para los que emplearon plástico.

Para ‘early adopters’

Ahora bien, ¿qué posibilidades de éxito tiene un objeto de tales características? Bajas. Su elevado precio y su entorno limitado serían los principales culpables. Algo que conocen de sobra los ingenieros de Apple. De ahí que lo estén planteando principalmente para los early adopters y como un primer paso de esta nueva tecnología. Esperan ventas conservadoras y muy orientadas al nicho para el que está pensado.

No buscan convertirse en una referencia ahora mismo, más bien crear el camino sobre el que posteriormente sustentarán sus nuevos lanzamientos. Algo así como lo que ocurrió, en su momento, con el primer iPhone. ¿Fue toda una revolución? Sin duda, pero la marca no terminó de despuntar hasta sus versiones 3G y 3GS. Un recorrido que esperan repetir con este artículo. Su objetivo, por el momento, está muy claro: vender al menos un casco por día en cada una de sus tiendas físicas y preparar a los consumidores para sus futuras gafas de realidad aumentada.