Tecnología militar

Así son las granadas termobáricas desarrolladas por el ejército polaco

El objetivo es defenderse de posibles ataques, pero podría llegar a prestarlas a Ucrania en caso de que el conflicto escale a sus fronteras.

armas termobáricas
Lanzagranadas M203, una de las "catapultas"· para las granadas termobáricasMarkus RauchenbergerMarkus Rauchenberger

La semana pasada se llevó a cabo un evento en la ciudad de Zielonka, cerca de Varsovia. Más precisamente en el Instituto Militar de Tecnología de Armamento (Wojskowy Instytut Techniczny Uzbrojenia, WITU). Allí se presentaron las últimas granadas termobáricas desarrolladas por Zakłady Sprzętu Precyzyjnego Niewiadów Sp. (Polonia). Armas que podrían utilizarse en el conflicto de Ucrania.

Durante la demostración se mostraron las capacidades de granadas comunes RG-42 dentro de falsos búnkeres y luego se mostró el arma termobárica en acción contra el mismo tipo de objeto. Y el poder de destrucción de estas últimas quedó patente. De este modo, Polonia no solo muestra potencial para defenderse de un posible ataque ruso, también señala que podría prestar este tipo de armas a Ucrania.

Los explosivos termobáricos no son nuevos. Los usaba el ejército estadounidense en Vietnam para crear pistas de aterrizaje casi instantáneas y también en el conflicto de Afganistán… al igual que los rusos. Pero no es exclusivo de estas potencias: también la han utilizado grupos terroristas islámicos. Este tipo de armas es capaz de crear literalmente una bola de fuego. El tamaño de este varía entre unos pocos metros de diámetro hasta más de 500.

Conocidas también como bombas de vacío o armas de calor y presión, las granadas termobáricas son un complejo ingenio. Básicamente, consiste en un contenedor con un líquido volátil o gas a alta presión que en algunos casos se mezcla con un explosivo pulverizado y cuenta con dos cargas explosivas separadas. El primer paso es lanzar la granada. Cuando se encuentra cerca del objetivo explota la primera carga que es la que produce la dispersión del líquido o gas volátil, creando una nube inflamable que se mezcla con el oxígeno de la atmósfera. Una vez que el combustible ya se ha mezclado lo suficiente, se detona la segunda carga que es la responsable de propagar la explosión aprovechándose de la nube combustible creada por la primera.

En pocas palabras, la explosión de un arma termobárica es capaz de crear un área explosiva a la que llevar más potencia de destrucción. Así pues, a diferencia de los explosivos convencionales que incluyen una cantidad limitada de oxígeno en la carga, las armas termobáricas usan el que está presente en la atmósfera, la explosión lo consume a placer y sea crea el vacío que les da su nombre.

Pese a su potencia destructiva y a los numerosos intentos para regular su uso, las armas termobáricas no están prohibidas por la ley internacional.