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El gadget del sábado: Ninebot F3 Pro E, la mar de bueno
El patinete de Segway conjuga dos de las características esenciales de este tipo de vehículos: seguridad y diversión. Si le sumamos su autonomía…

Ya lo he dicho en alguna oportunidad: la parte más divertida de hacer pruebas es descubrir un nuevo nicho de productos, ir completamente ignorante al tema y aprender. Si bien había probado otros patinetes eléctricos, cuando llegó el Ninebot F3 Pro E de Segway, me di cuenta inmediatamente de la diferencia.
Para algunos es muy pesado (19 kilos), pero la realidad es que es sólido: cuando se conduce, su peso se transforma en un paseo confiable, todas sus partes (ruedas, frenos, controles, etc.) recrean esa solidez y transmiten tranquilidad. Una vez que estamos montados en él (y con espacio de sobra para ir cómodo), el peso pasa a tercer plano.
El Ninebot F3 Pro E es lo que podríamos llamar “plug and play” o, en español: listo para entrar en acción. No hacen falta herramientas especiales para armarlo cuando llega plegado, solo una llave sencilla (incluida) que permite ajustar los componentes. En total menos de cinco minutos por reloj para salir a la calle.
A menudo se recomienda leerse las instrucciones de un nuevo dispositivo para saber todas sus prestaciones, mejorar la experiencia y aprovecharse de sus cualidades. No con el Ninebot F3 Pro E de Segway. En este caso lo mejor es montarse y salir a pasear. Puede ser en el modo Eco (de ahorro), Estándar (gasto medio) y Sport (consume más batería, pero alcanza los 25 km/h). Recomendamos, si es posible y seguro, este último. Vale la pena.
Este es sin duda uno de los privilegios de vivir en un pueblo pequeño (y asfaltado en todas sus esquinas): poder desplazarse por todas partes sin depender de vehículos de gran tamaño, aparcar en (casi) cualquier parte y no contaminar, es un lujo. Si a eso le sumamos que los pueblos (en el norte y cerca del mar) suelen tener pronunciadas subidas, vertiginosas bajadas y una meteorología cambiante (solo diré Asturias), un patinete puede ser un desafío.

Pero en este caso, el Ninebot F3 Pro E no pasó (nunca) de 25 km/h en las bajadas y no bajó nunca de los 10 km/h en las subidas más verticales que tenemos por aquí. Tampoco le da miedo la lluvia o el empedrado. El sistema de amortiguación se basa en una suspensión doble: la delantera hidráulica y la trasera de elastómero. No es para tomar un té a bordo, pero sí es para no preocuparse… nuevamente la seguridad.
Y este es un apartado que se nota que han trabajado en Segway. Si bien los mandos son accesibles y a la media hora de conducirlo se vuelven intuitivos, puede haber un error, como pulsar el botón de apagado. Si estamos conduciendo y nos pasa esto, el vehículo “no hace caso” de esto y no corremos peligro.
El ancho de la plataforma también aporta mucha estabilidad y los frenos (doble disco) responden al instante de forma suave (a menos que hagamos lo que no se hace con ningún vehículo de este tipo: pulsar ambos al mismo tiempo de forma brusca). A esto hay que sumarle las luces. Tanto la delantera como la trasera son LEDs e iluminan sorprendentemente bien para su tamaño. Cuenta con luces de giro homologadas (se controlan con el mando situado en la parte izquierda del manillar) y luces de freno también. Finalmente, los neumáticos no tienen cámara, cuentan con una capa de gelatina (mayor absorción de golpes y resistencia) y son autoreparables.

Aprovechando que hablamos de los mandos, están ubicados del lado izquierdo (pregunta a Segway: ¿sería posible cambiarlos de lado, con el acelerador, si quisiéramos?) justo encima de un pequeño timbre para alertar de nuestra llegada (es muy silencioso, cuidado con esto en conducción).
Finalmente, la velocidad: es de 25 km/h tope. No hay forma, ni en bajada, ni con menor peso, de ir más allá. Y está bien: garantiza un control completo y evita conductas temerarias.
La potencia de 1200 W se notan: apenas nos lanzamos si pulsamos el acelerador a tope, sentiremos un tirón y se lanza hacia adelante. Eso ocurrirá al principio, más tarde el control de velocidad se hace sencillo.
En cuanto a autonomía, si queremos llevarla al máximo, hablamos de 70 km. reales (que se pueden casi duplicar su compramos una batería externa). Ahora, si usamos el modo sport, la autonomía se reduce a los 50 km. La carga es muy sencilla y rápida y en poco más de 3 horas pasamos de 0 a 100.

Vamos ahora con la parte de tareas para el hogar. Sí, podemos disfrutar del Ninebot simplemente como patinete y recibir la información básica que nos da la pantalla de 2,4 pulgadas (velocidad, distancia, batería), pero también nos podemos descargar la app y elevar sus prestaciones notablemente.
Una vez que nos registramos, se conecta a nuestro móvil por Bluetooth y no solo nos permite usar la pantalla como mapa, para ir a cualquier lugar, también nos permite saber quién nos está llamando, controlar la carga a distancia y, lo más interesante, activarlo o bloquearlo a distancia: el móvil como llave del patinete.
La aplicación Segway-Ninebot es la herramienta perfecta para localizarlo si lo hemos perdido o “nos lo han perdido” gracias a la integración con la aplicación de Apple Find My.
Veredicto:
El Ninebot F3 Pro E de Segway tiene un precio de 649 euros y sí, su precio es superior a otros, pero no son similares si tenemos en cuenta el valor más alto de este modelo (la seguridad), también es excelente en autonomía, velocidad y la aplicación propia sube el nivel de prestaciones. Y sin duda habrá más… siempre dependiendo de la seguridad como primera variable
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