
Tecnología militar
KRAMPUS, el pequeño robot termobárico de Ucrania que abrasa al enemigo a más de 2.500 °C
Ucrania ha autorizado el uso de un nuevo sistema robótico terrestre de fabricación nacional con un terrible poder destructivo a corta distancia

El Ministerio de Defensa de Ucrania ha autorizado un nuevo sistema terrestre robótico, que se suma a los más de 80 aprobados desde el inicio de la invasión, para su uso operacional por las Fuerzas Armadas. KRAMPUS es un UGV (siglas en inglés de Vehículo Terrestre No Tripulado) desarrollado y producido en Ucrania que puede equiparse con lanzadores termobáricos para operaciones ofensivas y defensivas. El robot es pequeño en tamaño, pero tiene un terrible poder destructor gracias a este tipo de arma que produce una bola de fuego de gran tamaño y con temperaturas de hasta 2.500 °C.
Según explica el Ministerio en un comunicado, KRAMPUS es un sistema compacto, tanto en tamaño como en peso, que puede transportarse de forma cómoda en la parte trasera de una camioneta o en un remolque. Utiliza dos motores eléctricos que le permiten desplazarse de forma muy silenciosa y con sus dos orugas, a la manera de un minitanque, puede transitar por una amplia variedad de terrenos difíciles fuera de las carreteras –bosque frondoso, pantanos, arena– y superar pendientes pronunciadas. También tiene la capacidad de operar en condiciones climáticas adversas, incluyendo frío, calor, nieve y lluvia.
El robot cuenta con canales de control resistentes a la guerra electrónica (EW) y emplea una batería que le confiere una autonomía indeterminada que el Ministerio concreta en varias horas, precisando solo que puede permanecer en espera durante largos periodos y activarse cuando es necesario.
En cuanto a su alcance, el arma es precisa hasta 600 metros utilizando una mira estándar de tipo dióptrico. Puede llegar hasta los 1.000 metros en función de la visibilidad y la destreza del operador.

Los lanzadores termobáricos reactivos RPV-16
'El sistema robótico terrestre está equipado con cámaras de video y una estación de armas con lanzadores termobáricos reactivos RPV-16, capaces de eliminar personal enemigo y vehículos de blindaje ligero', señala el Ministerio.
Las armas termobáricas no son nuevas en Ucrania, pero sí se encuentran entre las más temidas por los soldados de ambos bandos. Rusia tiene en su arsenal los lanzallamas termobáricos TOS, responsables de una gran destrucción allí donde los usa.
El sistema termobárico integrado en KRAMPUS está diseñado para ofrecer un poder de fuego devastador a corta distancia. Según informa el medio ucraniano Militarynyi, al detonar la ojiva, el sistema dispersa una nube fina de combustible aerosolizado con un diámetro de aproximadamente 7 a 8 metros. En tan solo 0,2 segundos, la mezcla se inflama y crea una gran bola de fuego de hasta 2.500 °C. Además del daño provocado por el fuego, se genera una potente onda de presión que 'neutraliza al personal', especialmente en espacios cerrados o fortificados.

El RPV-16 que utiliza es un lanzacohetes termobárico portátil cuya capacidad destructiva es comparable a la de un proyectil de artillería de 122 mm. Además del efecto explosivo y térmico, la ojiva contiene una carga de metralla que se dispersa a gran velocidad al detonar, lo que incrementa su letalidad.
Todo el sistema, incluyendo la ojiva, pesa unos 11 kilogramos, y el tubo lanzador mide 900 mm de largo. Su diámetro interno es de 93 mm, lo que le da un formato compacto adecuado tanto para su integración en vehículos no tripulados como para su uso por soldados de infantería.
'Desde el inicio de la invasión a gran escala, el Ministerio de Defensa ha codificado y autorizado el uso operativo de más de 80 sistemas robóticos terrestres para ser desplegados en las Fuerzas de Defensa, la mayoría de ellos de fabricación ucraniana. En 2023 se codificaron cerca de 10 sistemas robóticos terrestres de producción nacional, más de 50 en 2024 y más de 20 desde el inicio de 2025', añade el Ministerio.
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