Galardón

Gonzalo Miró se hace viral al recoger un premio, por su broma sobre el euskera

Le otorgaron el Premio Ramón Rubial a la comunicación por su carrera profesional en los medios

BILBAO, 07/06/2025.- El comunicador y colaborador de programas de televisión Gonzalo Miró, ha recibido este sábado el Premio Ramón Rubial a la Comunicación en el acto de entrega de la 18ª Edición de los "Premios Ramón Rubial", en el Palacio Euskalduna en Bilbao. EFE/Luis Tejido
18ª Edición de los "Premios Ramón Rubial"LUIS TEJIDOAgencia EFE

Gonzalo Miró, presentador y periodista, ha sido reconocido con el Premio Ramón Rubial en Bilbao, un galardón que ha recibido con emoción y que le ha llevado a reflexionar sobre su carrera, el valor de la honestidad y la importancia del respeto a la diversidad cultural.

Durante su intervención, Miró ha manifestado su deseo de agradecer el premio en euskera, “le habría encantado” hacerlo, según sus propias palabras, para demostrar que no todos en Madrid comparten la misma actitud cerrada respecto a Euskadi: “para que no piensen en Euskadi que en Madrid son todos igual de catetos”. No obstante, aunque no lo hizo en esta ocasión, ha dejado claro que “no lo descarta para futuras ediciones”, mostrando así su respeto por la cultura vasca y su lengua. La referencia a lo sucedido en la reunión de presidentes autonómicos ha hecho virales sus palabras.

La ceremonia ha tenido un especial significado emocional para Miró, quien ha destacado el hecho de estar rodeado de “tan buenos amigos de su madre” casi tres décadas después del fallecimiento de ella. Este detalle personal ha dotado al premio de un valor sentimental que le ha hecho “mucha ilusión” y ha subrayado la importancia de mantener viva la memoria y el legado de quienes nos precedieron. Miró también ha abordado la presión que siente al comparar su trayectoria con la de los demás premiados. “Siento una presión terrible”, ha confesado, al ver la trayectoria de quienes han sido distinguidos junto a él. Este sentimiento de humildad no le ha impedido reconocer la importancia del premio como un impulso para seguir adelante en momentos de desánimo. El galardón le da “fuerza para no arrojar la toalla” y continuar trabajando “cuando piensa que no merece la pena”, una frase con la que ha querido transmitir la importancia de la perseverancia en el periodismo y en la vida.

Otro de los temas centrales de su discurso ha sido la preocupación por la pérdida de valores en la sociedad y, especialmente, en los medios de comunicación. Miró ha asegurado que tiene la sensación de que “falta mucha honestidad” en el sector. Esta reflexión va más allá de la crítica superficial y pone el foco en la necesidad de recuperar la ética y la integridad en la información, valores que considera fundamentales para el ejercicio del periodismo y para la convivencia en una sociedad plural y democrática.

La defensa del euskera, la importancia de la memoria y la honestidad en los medios han sido los pilares de la intervención de Gonzalo Miró en el Premio Ramón Rubial. Sus palabras han sido un canto a la diversidad cultural, al respeto y a la importancia de no perder la esperanza ni la ilusión, incluso en los momentos más complicados. Miró ha sabido transmitir, con sencillez y emoción, la relevancia de estos valores en un contexto social y mediático cada vez más complejo.

El galardón, además de reconocer su trayectoria profesional, se convierte en un símbolo de la lucha por la honestidad y la defensa de la pluralidad, tanto en los medios como en la sociedad. Miró ha cerrado su intervención con un mensaje de esperanza y compromiso, animando a no rendirse y a seguir trabajando por un periodismo y una sociedad mejores.

El premio Ramón Rubial, otorgado en Bilbao, se convierte así en una plataforma para reivindicar la importancia de la honestidad, la memoria y el respeto a la diversidad cultural, valores que Gonzalo Miró ha defendido con pasión y convicción en su discurso. Miró ha dejado claro que, aunque la honestidad y la ética “falten mucho” en los medios, es necesario seguir luchando por ellas, sin perder la ilusión y sin arrojar la toalla, incluso cuando el camino parece difícil. Su mensaje es una llamada a la acción y a la esperanza, tanto para los profesionales de la comunicación como para la sociedad en su conjunto.