Prisa en jaque

La nueva TV de Prisa se retrasa por conflictos internos y dudas económicas

El grupo espera los detalles del concurso público mientras el Gobierno necesita su apoyo mediático para 2027

MADRID.-Todos los canales de TDT dejarán de emitir en estándar y a partir del 14 de febrero tendrán que hacerlo sólo HD
MADRID.-Todos los canales de TDT dejarán de emitir en estándar y a partir del 14 de febrero tendrán que hacerlo sólo HDEuropa Press

El ambicioso proyecto de Prisa para regresar al panorama televisivo con una nueva cadena enfrenta un inesperado obstáculo: la división interna de su Consejo de Administración y la falta de claridad sobre los términos del concurso público. Aunque el plan apuntaba a un lanzamiento en 2025, las discrepancias dentro del grupo y el retraso del Gobierno en detallar el Plan técnico nacional de TDT han puesto en pausa la estrategia.

La dirección, encabezada por Joseph Oughourlian, lidia con posiciones encontradas entre quienes ven la televisión como una oportunidad para reforzar el peso de marcas clave como "El País" y la Cadena SER, y quienes temen el impacto financiero de un proyecto de alto coste en tiempos de incertidumbre. Para estos últimos, los riesgos superan los posibles beneficios, generando un clima de escepticismo que Moncloa observa con preocupación.

Desde el Ejecutivo, la creación de esta cadena es vista como un pilar crucial para consolidar un frente mediático favorable de cara a las elecciones generales de 2027. Junto a RTVE, cuya gestión sigue bajo control gubernamental, la nueva televisión de Prisa sería un aliado estratégico frente a otras cadenas privadas con posturas menos alineadas con las políticas de Pedro Sánchez. Sin embargo, los conflictos internos del grupo y el retraso en los plazos han enfriado esta expectativa.

El concurso público para asignar las nuevas licencias de televisión no se convocará hasta el próximo verano, lo que deja a Prisa en una posición de espera. La compañía tendrá que decidir si continúa adelante con el proyecto o se retira de la contienda, una decisión que podría redefinir su futuro como grupo mediático y su relación con el Gobierno.

En un tablero político y mediático tan fragmentado, las cartas aún no están echadas. Mientras Prisa debate internamente su estrategia, Moncloa aguarda con interés los movimientos del grupo, consciente de que el desenlace impactará en la narrativa pública de los próximos años.