Eurovisión

¿Por qué se celebra este año Eurovisión en Suiza? Tiene una explicación

El evento se celebra en Basilea, una sede que ha despertado la curiosidad de muchos espectadores

Captura de Nemo, representante de Suiza en Eurovisión 2024, durante su actuación en la final
Nemo, ganador de 'Eurovisión 2024'Youtube

Esta semana, Europa vuelve a vibrar con el certamen musical más esperado del año: el Festival de Eurovisión. Desde el martes 13 de mayo comenzaron las semifinales y la gran final está prevista para hoy sábado 17 de mayo. En esta ocasión, el evento se celebra en Basilea, Suiza, una sede que ha despertado la curiosidad de muchos espectadores. ¿Por qué es Suiza el país anfitrión de Eurovisión 2025? La respuesta está en lo ocurrido hace justo un año.

Como marca la tradición eurovisiva, el país que gana el festival tiene el privilegio —y también la responsabilidad— de organizar la edición del año siguiente. Y eso fue lo que ocurrió con Suiza en 2024: fue la gran ganadora del certamen celebrado en Malmö, Suecia.

La victoria suiza en Eurovisión 2024

En la pasada edición, Suiza fue representada por Nemo, un artista que sorprendió a Europa con su canción “The Code”. El tema, que fusionaba estilos tan dispares como la ópera, el rap y el drum and bass, transmitía un poderoso mensaje sobre identidad, libertad y aceptación personal.

La actuación de Nemo no solo cautivó al público, sino que arrasó entre los jurados profesionales de toda Europa, obteniendo la máxima puntuación de 22 países y sumando un total de 591 puntos. Esta victoria marcó el tercer triunfo de Suiza en la historia del festival, tras las victorias de Lys Assia en 1956 (la primera edición de Eurovisión) y Céline Dion en 1988, cuando representó al país helvético.

De la victoria al escenario

Como es habitual en Eurovisión, el país vencedor del año anterior se convierte automáticamente en anfitrión de la siguiente edición. Por ello, Suiza acoge en 2025 el festival en la ciudad de Basilea, siendo la primera vez en casi siete décadas que organiza el evento. La sede elegida ha sido el St. Jakobshalle, un recinto multifuncional con capacidad para albergar a miles de espectadores y que se ha transformado para acoger una producción musical a gran escala.

Una edición que promete ser histórica

Con 32 países participantes, esta edición promete mantener la esencia eurovisiva: espectáculos únicos, canciones pegadizas y una fuerte conexión emocional con millones de espectadores. La final de hoy sábado 17 de mayo revelará quién tomará el relevo de Suiza como campeón de Eurovisión y cuál será el próximo país en acoger esta fiesta musical paneuropea.

Mientras tanto, Basilea ya se ha convertido esta semana en el epicentro de la música, la cultura y la celebración, demostrando por qué Suiza, con su reciente victoria, ha ganado mucho más que un trofeo: el corazón del continente.