Cuarta temporada
Un bálsamo de esperanza en tiempos inciertos
«Todas las criaturas grandes y pequeñas» es una de esas series que reconfortan y te reconcilian con la vida
Adentrarse en la tranquilidad y la calidez de la campiña inglesa siempre resulta terapéutico, o algo así. Al menos así me pasa a mí. Y después de ver la cuarta temporada de “Todas las criaturas grandes y pequeñas” lo confirmé, pues a pesar del ambiente en que se desarrolla, la serie ofrece un bálsamo reconfortante para los tiempos turbulentos que vivimos. Es una de esas historias que te cobijan cuando afuera hace frío.
No obstante, si eres seguidor de esta producción británica, una de las primeras cosas que notarás en esta temporada es la ausencia de Tristan Farnon, interpretado por Callum Woodhouse. Su partida hacia la guerra en el final de la temporada anterior proyecta una larga sombra sobre Skeldale House y la práctica veterinaria, pero a su vez, abre la puerta para que otros personajes se destaquen y nos muestren nuevas facetas de la vida en el campo durante la Segunda Guerra Mundial.
El foco principal de esta temporada está en el desarrollo de las relaciones entre los personajes principales. El veterinario James Herriot (Nicholas Ralph), se debate entre sus obligaciones familiares y su deber patriótico, mientras que su relación con Helen, interpretada por Rachel Shenton, enfrenta desafíos adicionales debido al clima de incertidumbre y sacrificio que rodea a la guerra.
A través de la mirada de James y Helen, la serie nos muestra cómo las preocupaciones más humanas toman el centro del escenario, desplazando a los casos veterinarios a un segundo plano. Este cambio de enfoque nos permite explorar más a fondo las complejidades de la vida en tiempos de guerra, donde cada decisión se carga de un peso adicional y las relaciones se ponen a prueba como nunca antes.
La introducción del nuevo personaje, Richard Carmody, a quien James Anthony-Rose da vida en la ficción, aporta una dinámica fresca a la serie. Como reemplazo de Tristan, de quién se especula podría volver en próximas temporadas, Richard se convierte en un estudiante de veterinaria que necesita desesperadamente conocimientos prácticos y conciencia social. A través de su interacción con Siegfried, interpretado por Samuel West, vemos cómo este último actúa como mentor y guía, buscando corregir los errores de su pasado mientras enfrenta los desafíos del presente.
Pero no todo gira en torno a la guerra y las obligaciones familiares. La relación entre Audrey, interpretada por Anna Madeley, y Gerald, encarnado por Will Thorp, también se desarrolla en esta temporada, ofreciendo un vistazo a la vida amorosa de los personajes secundarios y su lucha por encontrar la felicidad en medio de la adversidad.
A medida que avanza la temporada, nos encontramos con momentos emotivos y conmovedores que nos recuerdan la importancia de la familia, ya sea por lazos de sangre o por elección. La serie nos enseña que, incluso en los tiempos más oscuros, hay poder en la unión y la solidaridad, y que juntos podemos superar cualquier desafío que se interponga en nuestro camino.
“Todas las criaturas grandes y pequeñas” es más que una simple serie sobre veterinarios en la campiña británica. Es un retrato conmovedor de la vida en tiempos de guerra, donde el amor, la amistad y la compasión son más importantes que nunca. Con una combinación de actuaciones brillantes, paisajes impresionantes y una trama emotiva, esta serie es el antídoto perfecto para estos tiempos de crispación y destrucción. Motivo más que suficiente para, desde su estreno el viernes 8 de marzo en Movistar Plus+, esperar cada nuevo episodio los viernes siguientes hasta completar los seis de esta nueva entrega que, además, cuenta con un emotivo especial de navidad.
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