Toros

Juan Pedro Domecq se borra del homenaje a Finito en Córdoba

El mano a mano por los 30 años de alternativa de Finito queda sin premio

GRAF9076. CÓRDOBA, 16/05/2021.- El diestro Juan Serrano "Finito de Córdoba" torea de capote al segundo de su lote en el tercer festejo de la Feria de Mayo que se celebra hoy domingo en el Coso de los Califas, en Córdoba. EFE/Salas
GRAF9076. CÓRDOBA, 16/05/2021.- El diestro Juan Serrano "Finito de Córdoba" torea de capote al segundo de su lote en el tercer festejo de la Feria de Mayo que se celebra hoy domingo en el Coso de los Califas, en Córdoba. EFE/SalasSalasAgencia EFE

Hace treinta años en la plaza de Cordoba tomó la alternativa un novillero al que llamaban «El Niño de los Mercedes» por la cantidad de seguidores que tenía gracias a su clase. Se hacía llamar Finito de Córdoba y tres décadas más tarde, convertido en figura del toreo, en un clásico de los carteles de la ferias, ha conmemorado el aniversario en el coso califal. Han pasado muchas cosas en el toreo, Juan Serrano ya no suma centenares de corridas pero atesora ese extraño don que se califica como arte. Para celebrarlo el buen empresario que es José María Garzón, ha programado un mano a mano de relumbrón con el artista más reputado de la actualidad. El sevillano Morante de la Puebla parecía el contrapunto perfecto para un diestro cordobés de tauromaquia deslumbrante.

Pero la realidad se impuso al relato con la deprimente presencia de los toros de Juan Pedro Domecq. En auténtica versión outlet, se han sucedido cinqueños de mucha romana y poca clase para desesperación de toreros y público. En una genuina limpieza de campo, justificada tal vez por los tiempos pandémicos pero no por la brillantez del cartel y la plaza de primera donde se anunciaban, los bureles de Juan Pedro han dado un recital de caídas, dudas en la embestida, caras altas y nula colaboración para el fondo artístico de los dos toreros. A pesar de ello quedan para la antología de la historia cordobesa los lances eternos a la verónica de Finito, donde literalmente y no es tópico, se pararon todos los relojes. Por no hablar del desmayo con el que a ese tercer toro le toreó con una muleta que parecía un imán de seda.

En el primer compareciente Finito mostró las prevenciones propias de un diestro tan experimentado que sabe cuando tiene que poner el muslo o salir de naja cuando el toro no vale la pena. En el quinto de la tarde, más de lo mismo, un zambombo de 600 kilos con poca fuerza, al que le instrumentó una faena larga y porfiona a un toro que iba sin ton ni son. Por cierto, el torilero de la plaza volvió a dar un sainete a la hora de meter al toro devuelto a los corrales. Las obras necesitan una continuidad y no absurdas interrupciones que fatigan la creatividad.

El torero Finito de Córdoba (c) durante un mano a mano con el torero Morante de la Puebla, en la corrida de toros de la Feria taurina de Córdoba en Los Califas16 MAYO 2021Joaquin Arjona16/05/2021
El torero Finito de Córdoba (c) durante un mano a mano con el torero Morante de la Puebla, en la corrida de toros de la Feria taurina de Córdoba en Los Califas16 MAYO 2021Joaquin Arjona16/05/2021Joaquin ArjonaJoaquin Arjona

La buena disposición y sonrisa que lucía Morante de la Puebla tras el paseíllo se ha ido opacando con el transcurso de la corrida. Algunas pinceladas en su toreo de capa, incluido un quite por chicuelinas tras la afirmación «finista» a la verónica, se cuenta como lo mejor de su tarde. Las luces fueron apagándose y los aceros tenían el mismo ánimo decreciente que el torero de la Puebla. Su conocimiento técnico, su impulso emocional tras la mágica faena de Vistalegre han sufrido un parón en esta tarde a contra estilo y eso que nadie hubiera apostado porque el mano a mano hubiera quedado en el vacío. Las cuadrillas han puntuado a la baja en espectáculo de resultado menor.

La gente estuvo ayer para disfrutar con un torero que ya es puro hilo de la tauromaquia cordobesa, como simbolizó el brindis de Finito al mismísimo Manuel Benítez «El Cordobés», presente en el festejo. El enfado de muchos e incluso la tristeza por la imposibilidad de sacar en triunfo al héroe se rumiaban por el califato cordobés.

Córdoba. Tercera y última de feria. Toros de Juan Pedro Domecq, de floja prensentación y juego, sin estar a la altura de una plaza de primera. Se devolvió el 4º y el mejor toro de la tarde fue el tercero, aunque terminó derrumbándose.

Finito de Córdoba, de sangre de toro y azabache, silencio, ovación y ovación.

Morante de la Puebla, de sangre de toro y azabache, ovación, silencio y silencio.