Beziers

José María Manzanares no cede

El alicantino abre la Puerta Grande de Beziers en una tarde de gran impacto

José María Manzanares, a hombros en Beziers
José María Manzanares, a hombros en BeziersJMP

La salida a hombros del diestro José María Manzanares en Beziers (Francia) ha sido la nota más destacada de la jornada taurina en los ruedos de aquel país, donde, en tono menor, también destacaron otros toreros como Antonio Ferrera, Juan Ortega, Juan Leal y Ginés Marín. Pero el suceso más importante fue la faena de Manzanares al quinto toro, de Domingo Hernández, en Beziers, un buen ejemplar de la vacada salmantina al que José Mari cuajó a placer en una que aunó temple, elegancia y mucho gusto en la interpretación. Cortó las dos orejas tras una eficaz estocada. Antes, con el segundo, apenas pasó de los detalles sueltos ante un toro más justo de raza de Garcigrande.

Ferrera sumó un trofeo del primero de corrida, al que toreó con su particular concepto en una faena de buena puesta en escena y mucha conexión con los tendidos. Con el cuarto, que se paró enseguida, el extremeño se estrelló contra un imposible. Y Juan Ortega, que no pasó de los fogonazos aislados en el insulso tercero, dejó una faena preciosa en el sexto, sobre los mimbres del toreo más clásico y reposado, que le valió para pasear un apéndice.

Plaza de toros de Beziers, con lleno en los tendidos se lidiaron seis toros de Garcigrande -cuarto y quinto con el hierro de Domingo Hernández´- de juego variado; para Antonio Ferrera (oreja y silencio); José María Manzanares (silencio y dos orejas); y Juan Ortega (silencio tras aviso y oreja).

En Dax, por su parte, no hubo salidas a hombros en el cierre de su feria, pero sí un interesante espectáculo en el que Juan Leal y Ginés Marín cortaron una oreja cada uno. La primera de ellas la logró Leal del segundo, un buen toro de Santiago Domecq al que el joven francés le hizo de todo, desde pases de rodillas en el prólogo a un grueso de faena en la que no se guardó nada, todo con mucha disposición, aunque el animal pidiera otro tipo de lidia que no la de acortar tanto las distancias.

Precisamente esa manía de hacerlo todo muy en corto creó división de opiniones en el quinto, un toro más renuente al que Leal exprimió con su particular concepto del toreo. No tocó pelo por la tardanza del animal en doblar tras la estocada. La otra oreja de la tarde la logró Ginés Marín del tercero, al que pegó los muletazos de más entidad de toda la función en una faena que tuvo encaje, gusto y expresión sobre ambas manos. No pudo redondear, en cambio, con el deslucido sexto, con el que hizo un esfuerzo para, al menos, ser ovacionado.

Perera, por su parte, pudo haber sumado algún trofeo del bonancible cuarto tras una faena muy templada y técnicamente impecable, pero mal rubricada con los aceros. Con el primero, un toro flojo e insulso, estuvo por encima de las circunstancias, pero sin poder redondear.

Plaza de toros de Dax, con lleno dentro de las limitaciones de aforo, se lidiaron seis toros de Santiago Domecq, bien presentados y de juego desigual, destacando, sobre todo, el segundo; para Miguel Ángel Perera (silencio y ovación); Juan Leal (oreja y ovación); y Ginés Marín (oreja y ovación tras aviso).

En esta misma ciudad se celebró también una novillada matinal en la que José Fernando Molina y el colombiano Leandro Gutiérrez pasearon una oreja cada ante un desigual encierro de Zacarías Moreno, con la que Juan Molás fue silenciado y Manuel Perera ovacionado. EFE