Sevilla

Manzanares y Lama de Góngora, oreja en el cierre de temporada maestrante

Sevilla concluye el curso con un entretenido e interesante festival a beneficio del Banco de Alimentos

Muletazo por bajo de Manzanares, que cortó una oreja en el festival de ayer en La Maestranza
Muletazo por bajo de Manzanares, que cortó una oreja en el festival de ayer en La Maestranzalarazon

Cierre de lujo a la temporada en La Maestranza con cinco figuras del toreo y un prometedor novillero de la tierra que aportaron actuaciones muy estimables. Faltó en ocasiones mayor codicia en las reses y acierto con la espada, que privó de algunos trofeos, pero hubo momentos de indudable belleza. Por los matadores, José María Manzanares cortó la única oreja tras una actuación solvente y relajada. El otro trofeo lo obtuvo Lama de Góngora merced a una entonada y vibrante faena al sobrero de regalo. También hubo chispazos de arte en las muñecas de Morante de la Puebla, maestría en El Juli, temple en El Cid y disposición en Talavante. En definitiva, un festival entretenido, que además deja beneficios económicos para el necesitado Banco de Alimentos de Sevilla y la Cruz Roja.

Morante de la Puebla se estiró con buenas verónicas en la apertura del festival. Luego, llevó por finos delantales al toro al caballo. Su faena de muleta no terminó de romper porque su oponente tuvo tanta nobleza como blandura. Pese a ello, hubo muletazos de enorme nobleza. Un pinchazo previo a la estocada pudo privarle de una oreja.

Acto seguido, El Juli manejó con cadencia el capote en el saludo al segundo. Dejó después una faena con la franela en la que hubo maestría y buen toreo, sobre todo, en las tandas por el pitón derecho. No midió con la espada y le recetó un bajonazo previo a la estocada le dejó como al de La Puebla sin trofeo.

El Cid cumplió bien con el capote y se mostró aceptable con la muleta, en la que hubo temple y ligazón ante un toro que transmitió poco. Necesitó de dos pinchazos antes de la certera estocada. Saludó otra ovación.

Con Manzanares llegaron los momentos más intensos de la tarde. Primero, meciendo con suavidad y temple el capote. Posteriormente, plasmó su concepto en un trasteo en el que hubo relajación, soltura y ligazón. Tanto que volvió a entusiasmar a la parroquia de esta plaza, devota suya. Más y mejor por la derecha, aprovechando la bondad de un toro que, en ocasiones, daba la impresión de que iba a servir. Pinchó en la suerte de recibir y luego no falló al volapié con una estocada para recibir una oreja.

Alejandro Talavante apenas tuvo suerte con su oponente, que tuvo nobleza pero le faltó mucha codicia. Estuvo muy dispuesto el extremeño y también sacó partido en tandas estimables para, al menos, justificarse. No desentonó. Lástima que la espada cayera defectuosa. No hubo trofeos.

Cerró la temporada en Sevilla el novillero Lama de Góngora con un utrero reservón y escaso de raza. Con él, estuvo tesonero y decidido, pero no había mimbres para mayores logros. Sí que los tuvo en el sobrero que lidió tras el visto bueno de los matadores. Este animal se movió más y con mejor son. Lo aprovechó el joven que expuso sus aptitudes, ya conocidas de su etapa sin picadores para conseguir las mieles de una vibrante faena al de Domingo Hernández. A pesar de un pinchazo, se le premió con una merecida oreja.

Festival a beneficio de la Cruz Roja y el Banco de Alimentos. Se lidiaron astados, por este orden, de Vellosino, Garcigrande, Victoriano del Río, El Pilar, Núñez del Cuvillo, Juan Pedro Domecq y Domingo Hernández, sobrero de regalo, bien presentados, salvo el novillo de Cuvillo. Mejores, 4º y el 7º; muy deslucido el 6º. Morante de la Puebla, saludos tras leve petición; El Juli, saludos; El Cid, saludos; José María Manzanares, oreja; Alejandro Talavante, saludos; y Lama de Góngora, saludos tras leve petición y oreja. Casi lleno.