Toros
Octavio Chacón: «Estoy aquí para quedarme, quiero que a parte de torero lidiador, la gente vea que también puedo torear despacio»
Hablamos con el torero gaditano a escasos días de su comparecencia en Las Ventas el Domingo de Ramos
La vida puede cambiar en un segundo. Poco más de 20 minutos pueden dar sentido a una carrera entera. Lo que dura la faena. Lo que se tarda de ver zozobrar la barca de las ilusiones y sueños en un patio de caballos donde la incertidumbre se convierte en equipaje y a penas dos horas después se cierne un cielo soleado ante lo que antes eran nubes de tormenta.
Octavio Chacón llegaba a Madrid con solamente dos balas en su recámara el 4 de junio de 2018. Paradójico que, siendo su primer San Isidro, pudiera ser de sus últimas tardes. 7 años en Perú, 6 años desde su confirmación, ilusiones y sin sabores en su camino, y su actuación en los desafíos ganaderos del año anterior como salvoconducto para actuar en San Isidro.
Salió Asturdero de Saltillo y tras una faena dotada de enormes facultades lidiadoras y cuando la plaza pedía el trofeo para Octavio el pañuelo que asomó no fue el blanco sino el azul. Vuelta al ruedo al toro, «un toro de vuelta al ruedo y no cortas ni una oreja, imagínate la sensación» relata Octavio al otro lado del teléfono.
A pesar de todo, reconoce que no fue consciente de lo vivido hasta que llegó al hotel. «En la plaza incluso tuve la sensación de que mi carrera había tocado fondo. La primera sorpresa fue que al día siguiente me anunciaron la repetición en Madrid con una corrida de Montalvo, y luego ya vino Bilbao, Pamplona, Nimes... y todas las plazas de primera que he pisado y las plazas de las más importantes de Francia» recuerda sereno.
Su carrera ha cambiado completamente, su vida puede que también, pero eso no ha hecho que su cabeza se haya dejado llevar, «aquí no cambia nada» sentencia, «cuando estaba en Perú estaba preparado; me di cuenta que quería encontrar mi oportunidad en el circuito exigente, en Perú he vivido para el toro y sabía que en cualquier momento podría llegar mi oportunidad, lo he soñado tanto...» reflexiona.
«Tantas y tantas y tantas noches, que he soñado con vivir esto que no me pilla como a extraño» a sus casi 35 años, Octavio tiene los pies asentados en el suelo; si se le pregunta acerca de si piensa renunciar a este tipo de hierros es tajante, «Ni ahora, ni mañana, ni pasado ni el año que viene; no pretendo salirme de los hierros que me han traído hasta aquí» explica, «en Perú durante aquellas 7 temporadas es lo que soñaba, hacerme fuerte en el circuito de las corridas exigentes», además se muestra satisfecho «es para mí todo un privilegio y todo un prestigio matar este tipo de corridas con tanta categoría» culmina.
Ahora puede ir al sastre y encargar vestidos, puede estrenar algún capote más a menudo, puede comprarse muletas, y puede «ir a comer fuera» con su mujer, y «que puedo echar gasoil al coche, que no es poco» reconoce con exquisita humildad.
El calendario no ha dado una vuelta completa desde aquella tarde, y ahora la situación poco se parece a la de aquel día, «echa uno la vista atrás y miro lo que hay por delante y... es tremendo lo que han cambiado las cosas» comenta ilusionado.
Dicen que todo llega para quien sabe esperar. Sin duda Octavio ha sabido hacerlo, «la vida da lecciones, y a mí esta lección me ha caído bien, la he sabido aprovechar; he tenido fe y paciencia hasta que ha llegado» y ha llegado para él una tesitura completamente nueva, que no por no haber sido vivida antes, hace que sea menos deseada, «dependía todo de Madrid» comienza «si no hubiera pasado nada, uno es realista; tiene una edad y sabe que no se puede vivir del cuento, ni de pajaritos en la cabeza» relata, «y siendo realista ¿dónde vas? Madrid no te atiende de nuevo si no das argumentos, si no tienes suerte con los toros en una pena pero no te atienden, y ¿a quién pides los favores?, de no haber salido las cosas así, se hubiera complicado todo mucho».
«Estoy aquí para quedarme, quiero que a parte de torero con capacidad de lidiador, la gente vea que también puedo torear despacio», y Valencia sirvió para mostrarlo.
Le quedan muchas metas por cumplir, y sabe dónde puede mostrar su capacidad, si le dieran a elegir no dudaría por qué ganaderías decantarse, aunque el es torero «me visto de luces y toreo la ganadería que me anuncien, eso está claro» recalca.
Ahora mismo comienza a sentir la responsabilidad que supone anunciarse un Domingo de Ramos en Madrid, ¿qué esperas de esa fecha? «No puedo esperar otra cosa, espero lo que espera todo torero cuando pisa Madrid» concluye.
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