Toros

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Tres orejas para López Simón, primer triunfador de la feria de Huesca

El diestro López Simón, con un total de tres orejas, abrió la primera Puerta Grande de la feria de Huesca, una tarde vacía en lo ganadero, y en la que Cayetano sumó también un apéndice mientras que el francés Sebastián Castella se marchó con una mano delante y otra detrás tras despachar el peor lote.

Los toros de Manuel Blázquez, que estuvieron bien presentados, fueron un fiasco. Sin fuerzas, sin casta, sin bravura, y sin clase, a excepción del sexto que fue el mejor de la tarde. Corrida, por tanto, que decepcionó y que salvó a última hora López Simón.

Triunfó el torero que mejores toros tuvo y el que más se entregó, con valentía y con clase, como fue el caso del madrileño, que volvió a caer de pie en Huesca, plaza que ya le ha visto triunfar en años anteriores.

Sebastián Castella lo intentó en los dos toros que tuvo delante. En el primero de la tarde ni con la capa ni con la muleta pudo ligar ni un muletazo pese a que lo intentó por los dos pitones.

En el cuarto las cosas fueron aún a peor para el torero francés, que vio como el sobrero que sustituyó al inválido titular se partía una mano en el tercio de banderillas, por lo que no le quedó otra que quitárselo del medio a la mayor brevedad.

Cayetano quiso congraciarse con el público de sol, el de las peñas, y hasta allí se llevó a su primero para torearlo de rodillas. Pero el toro ni colaboró ni le permitió que el madrileño le hilvanara dos pases seguidos. Pero como gustó tanto al público más bullicioso de la plaza, le pidieron una oreja que la presidenta no le quedó más remedio que conceder.

En el quinto ya fue un trámite para Cayetano, que apenas se esforzó ante un animal insulso y totalmente desfondo, al que despachó por la vía rápida.

López Simón se las vio con el mejor lote, pero también él estuvo a la altura de las circunstancias en por de una Puerta Grande que logró por la vía del calor de las peñas.

En el tercero de la corrida dio buenas tandas por los dos pitones, realizó varios circulares que gustaron mucho al público, y además estuvo acertado con el acero, lo que le valió una merecida oreja.

En el sexto, que cerraba plaza y que normalmente suele ser de trámite, López Simón levantó al público de sus asientos, y salvó la tarde con su toreo valiente, con clase, con templanza y sabiendo llevar al toro, que en esta ocasión colaboró para que el torero madrileño se luciera y le hiciera una gran faena.

Se hincó de rodillas en el tercio de sol y realizó pases de mérito por ambos pitones con mucho temple y maestría. El acero hizo justicia a su faena y le valió las dos orejas para abrir la puerta grande.

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FICHA

Toros de Manuel Blázquez, de buenas hechuras aunque cómodos de pitones, sin fuerza y descastados y sin clase, a excepción del buen sexto.

Sebastián Castella: estocada (silencio); y media (silencio).

Cayetano Rivera: estocada tendida (oreja); y estocada y descabello (silencio).

López Simón: Estocada trasera (oreja); y estocada tendida y trasera (dos orejas). Salió a hombros por la puerta grande.

La plaza se llenó en la primera de feria.