Maternidad

Preguntas y dudas frecuentes sobre la lactancia materna

Se recomienda dar el pecho a los recién nacidos a demanda y sin restricciones

Lactancia materna
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La llegada al mundo de un bebé siempre es motivo de alegría, pero también despierta numerosas inseguridades en sus progenitores, especialmente en las madres, que desde antes del alumbramiento comienzan a hacerse preguntas sobre la lactancia y se cuestionan cuál es la mejor manera de alimentar al recién nacido. «El principal temor al que se enfrentan la mayoría de las madres tras dar a luz es el de saber si su bebé se está alimentando lo suficiente», explica Lourdes Ramos Soto, supervisora de hospitalización y Área Materno-Infantil del Hospital Quirónsalud Valle del Henares.

Pero esta no es la única cuestión que preocupa a la hora de dar el pecho a un hijo, por lo que ofrecer un asesoramiento personalizado se ha convertido en una prioridad para muchas unidades de maternidad, que están reforzando su compromiso con las tareas de iniciar, apoyar y aumentar la duración de la lactancia materna.

La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses del bebé, pero hay mujeres que la abandonan antes de tiempo por falta de información. «Muchas madres desean dar el pecho a sus hijos durante medio año, pero la realidad de la situación laboral y familiar es bien distinta. A falta de una buena red de apoyo y profesionales que las guíen y acompañen en este proceso, algunas terminan desistiendo en contra de su deseo. Por otra parte, las bajas de maternidad tienen una duración inferior a seis meses, lo que les dificulta completar el periodo recomendado», afirma Ana Poza, matrona del mismo hospital y consultora de lactancia certificada (IBCLC).

Acompañamiento a medida

Para solventar cualquier dificultad, muchas maternidades apuestan por implementar unidades de apoyo a la lactancia en las que se acompaña a los padres a lo largo de este proceso. La inquietud se reduce cuando se cuenta con la posibilidad de realizar clases de preparación sobre las diferentes opciones de alimentar al bebé. Tras el parto, las matronas y enfermeras orientan a la madre para que pueda iniciar de manera satisfactoria su lactancia. «Durante los primeros días se le ayuda a iniciar la lactancia materna, se valora que el bebé esté comiendo adecuadamente y que el agarre sea el correcto, se recomiendan diferentes posturas y se resuelve cualquier duda. Después del alta seguimos en contacto poniendo a su disposición consultas de lactancia y talleres postparto», expone Lourdes Ramos.

Detectar las señales de alarma si se presenta alguna complicación y saber cómo reaccionar en caso de emergencia reduce mucho la presión de los progenitores. «Para ayudar a vencer las preocupaciones habituales de los padres, les enseñamos que deben alimentar a sus hijos a demanda y sin restricciones en cuanto a la duración o frecuencia de las tomas. También ayudamos a las madres a identificar los diferentes signos que nos muestran que su bebé está bien alimentado, así como las señales de alarma que deben observar», recalca.

La leche materna es un tejido vivo con propiedades inmunológicas imposible de imitar»

Divulgar las bondades de la lactancia es otra cuestión importante de estos programas. Los padres deben saber que al pequeño, además de proporcionarle una alimentación adaptada a sus requerimientos nutricionales y fácil de digerir, se le protege frente a infecciones y frente al Síndrome de Muerte Súbita del lactante. También se reduce el riesgo de alergias, diabetes, enfermedad celíaca, enfermedad inflamatoria intestinal, obesidad, hipertensión o colesterol; mejora el desarrollo dental e intelectual y aporta seguridad y consuelo (por el contacto físico).

Por otra parte, la lactancia proporciona notables beneficios a la madre. Entre otros, previene la hemorragia posparto y la anemia; favorece la recuperación del peso pre-embarazo; produce bienestar emocional; crea un fuerte vínculo afectivo madre-hijo; disminuye el cáncer de mama y de ovario y mejora el contenido en calcio de los huesos al llegar a la menopausia. Según Poza, estos beneficios son exclusivos de la lactancia, puesto que «la leche materna es un tejido vivo con propiedades inmunológicas imposibles de imitar».

Decisión respetada

No obstante, no hay que obsesionarse. A pesar de que prácticamente la totalidad de las madres tienen la capacidad de amamantar de manera exclusiva a sus hijos, existe un pequeño porcentaje que no está capacitado para hacerlo. Ya sea por hipogalactia (baja producción de leche), prescripción médica, bajo peso del bebé o sencillamente por decisión propia, las madres que optan por la lactancia mixta o artificial también cuentan con el apoyo de estas unidades. Para las matronas es prioritario respetar la decisión de cada madre y asegurarse de que todas se encuentran bien física y emocionalmente. Eso es lo que les va a permitir cuidar de sus hijos y disfrutar de la crianza. En aquellos casos en los que iniciar o continuar la lactancia se convierte en un desgaste emocional, dejar de dar el pecho puede ser más beneficioso. «La mejor decisión siempre va a ser la que tome la madre junto a su pareja en base a sus necesidades y al vínculo que crean mejor para su bebé», concluye Ana Poza.

Cómo saber que se esá haciendo bien

Las madres no tienen nada que temer si escuchan a su bebé tragar; ven su boca llena de leche; aprecian que gana peso y hace pis y caca con normalidad; notan que el pecho se les vacía y sienten sed o hambre durante el desarollo de la toma. Ahora bien, deben preocuparse y consultar a su especialista si detectan que el recién nacido llora mucho y no se calma después de la toma; no hace pis o la orina es muy oscura; no defeca; no gana peso; tiene la boca seca o duerme demasiado entre tomas. Este cuadro podría indicar deshidratación y/o debilidad.