Un vídeo con veinte chavales, el as en la manga de Estambul

Ayer todo eran caras de expectación en el Hotel Sheraton de Buenos Aires. La delegación turca había anunciado a bombo y platillo una sorpresa capaz de dar vuelta a la candidatura, un arma secreta que como buenos estrategas dejaban para el último round. Al final, mucho ruido y pocas nueces. Tan sólo un show en el que mostraron a 20 chavales jugando al baloncesto como señal de su potencial olímpico.

Estambul quiere darlo todo en los últimos metros de la carrera por la sede de los Juegos Olímpicos de 2020. La metrópoli euro-asiática se ve como favorita, pero los escándalos de dopaje y las manifestaciones de protesta parecen haber reducido sus oportunidades.

El jefe de la candidatura, Hasan Arat, se siente como en «una final» contra Madrid y Tokio. «Nos presentamos para ganar. Nos sentimos muy fuertes», aseguró el dirigente, que cree notar el apoyo del olimpismo a Estambul.

Sin embargo, la confianza de los turcos en la victoria ha decaído mucho tras las violentas protestas por todo el país contra el gobierno islamista y conservador y sus grandes proyectos de construcción, así como la serie de escándalos de dopaje que sacudió a su deporte.

Últimamente los analistas parecen ver a la ciudad, en un tiempo considerada como segura ganadora, caminar con paso titubeante.

En la presentación que hará Estambul ante el COI con los jóvenes escenificarán el eslogan de su candidatura: «Un puente para generaciones futuras». Esta representación significa que los turcos quieren albergar los Juegos de 2020 por invertir en el futuro de su juventud.