Viajes

Turismo en la fase 1: Un paseo por las calles más especiales de España

Manteniendo siempre la distancia de seguridad, no es mala idea visitar algunas de las calles más interesantes de nuestro país antes de que podamos salir de nuestras provincias.

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Proyecto de la ampliación de aceras en Via LaietanaAYUNTAMIENTO DE BARCELONA25/04/2020larazonAYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Gran Vía de La Manga, Murcia

La calle más larga de España y una de las más hermosas. Edificada en una finísima lengua con el mar a ambos lados, estos 19 kilómetros de calzada dan al paseante la sensación de caminar una frontera. Una fina línea consigue atravesar el mar, aparentemente impenetrable, bordeada por playas de arena blanquecina a ambos lados. En esta frontera el viento sopla suave, aunque más limpio que ciudad adentro, limpiando los pulmones con la sal vigorizante que arrastra un mar manso. Restaurantes y chiringuitos situados a los lados permiten breves descansos para reforzar el cuerpo y terminar la larga caminata.

Calleja de las Flores, Córdoba

La Calleja de las Flores, con la Catedral de Córdoba al fondo.
La Calleja de las Flores, con la Catedral de Córdoba al fondo.jorcolmahttps://creativecommons.org/licenses/by/2.0/deed.en

Bonita. Preciosa. Inestimable, hermosa, bella. Cualquier adjetivo es aplicable a esta estrecha calle, flanqueada por muros de un blanco intenso, de los que cuelgan amables macetas con geranios y gitanillas derramando su olor dulzón. El caminante se encuentra aquí en un mundo más silencioso, rehuyendo al bullicio de la ciudad y protegido por esas paredes y flores. La Catedral de Córdoba, también conocida como la Mezquita de Córdoba, puede verse alzándose con su orgullo habitual desde la callejuela, y turistas de todo el mundo buscan esta imagen para capturarla y llevársela, como contrabandistas de la belleza, de vuelta a sus casas.

Rua do Franco, Santiago de Compostela

Sobre peregrinajes no hay nada escrito, y las calles adquieren un valor mayor al establecerse en ellas un doble sentido. Esta calle, llamada así no en honor a Francisco Franco, sino por los peregrinos franceses que la atraviesan habitualmente desde los inicios del Camino de Santiago, es un símbolo para estos peregrinos, avisándoles de que la ansiada meta ya está próxima. Es una calle que empuja hacia esa meta, salpicada de piedra vieja y aromas húmedos. La Capilla y fuente de “Santiaguiño” están en esta calle. Pero existe un segundo tipo de peregrinaje común en esta “rua”. Su amplia oferta de bares y restaurantes permite al viajero, peregrino o no, probar deliciosos bocados de la gastronomía gallega sin necesidad de caminar pasos innecesarios.

Calle Me Falta Un Tornillo, Valladolid

Los españoles somos originales, de eso no hay duda. Diseminadas a lo largo del mapa nacional es posible encontrar calles con nombres desternillantes (permítanme la broma), las cuales no necesitan de una belleza superior o historia concentrada para ser interesantes de visitar. De los más ingenioso en esta calle es que muy próximo a ella se encuentra un Ikea. El emplazamiento para la empresa sueca es simplemente delicioso. Otras calles con nombres igualmente curiosos son: Calle de Super Mario Bros (Zaragoza), Carrera del Pito del Alcalde (Fresnedilla de la Oliva), Calle de Gibraltar Español (Toledo), o Calle AC/DC (Leganés). La lista es casi interminable.

Barrio de las Letras, Madrid

La típica fachada de un negocio en el Barrio de las Letras.
La típica fachada de un negocio en el Barrio de las Letras.Triplecañashttps://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/deed.es

Aunque no se trate de una sola calle, sino un conjunto de ellas, no puede faltar en la lista. Un paseo por sus calzadas de piedra desgastada remontan al visitante a los tiempos dorados de las letras españolas. Guste de cerrar los ojos y transportarse a aquella época. Las citas literarias de grandes escritores adornando el empedrado ayudan en esta inmersión. Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Góngora y demás ilustres vivieron en un momento u otro de sus brillantes vidas en estos edificios, paseaban el barrio en busca de inspiración para sus obras, observando minuciosamente a los transeúntes de la época y sus comportamientos. Probablemente se dio más de un cruce de palabras afiladas entre Quevedo y Góngora en estas calles, producto de su cruenta rivalidad. A esta ola de historia de la literatura podemos añadirle la presencia de algunos de los bares y restaurantes más castizos (y sabrosos) de la capital.

Paseo de Gracia, Barcelona

La Casa Milà de Gaudí, en el Paseo de Gràcia. EFE/Toni Albir
La Casa Milà de Gaudí, en el Paseo de Gràcia. EFE/Toni AlbirToni AlbirEFE

La bella ciudad condal no iba a quedarse fuera de la lista. El Paseo de Gracia se caracteriza no solo por sus tiendas de lujo y por ser una de las calles más caras de España, convirtiéndola en su milla de oro particular, sino por su arquitectura modernista. Nadie supera a los catalanes cuando hablamos de modernismo. Su formas intrincadas, arrancadas de los sueños para esculpirse sobre la piedra, son exquisitas de visitar. El nivel de esta calle llega al punto de guardar no uno, sino dos edificios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ambos diseñados por el inmortal Antonio Gaudí: la casa Milà y la Casa Vicens. Son dueñas de una belleza extraordinaria y orgiástica para los ojos. Y rematan la vista espectacular los jardines que se diseminan a lo largo del Paseo, reductos de calma en la ciudad ajetreada.

La Rambla de Santa Cruz, Santa Cruz de Tenerife

Imagen de la Rambla de Santa Cruz, moteada de flores durante el verano.
Imagen de la Rambla de Santa Cruz, moteada de flores durante el verano.Koppchenhttps://creativecommons.org/licenses/by/3.0/deed.en

La calle principal de Tenerife muestra al paseante un encanto poco habitual. A los lados la flanquean laureles de Indias, flamboyanes, jacarandás y palmeras, todos explotan en bullicioso color al asomar sus flores. También son conocidas sus esculturas, que forman parte de la conocida Ruta de las Esculturas de esta hermosísima ciudad. Su belleza despierta cierta codicia en los hombres, y su nombre ha variado en función de la época que le ha tocado vivir a nuestro país. Así, comenzó llamándose Paseo de Ortega y poco después La Rambla 11 de febrero, fecha en que comenzó la I República. Con la dictadura de Franco pasó a llamarse Rambla del General Franco y tras la muerte de este consiguió su nombre actual, el más apropiado, quizás. A su lado se sitúa el García Sanabria City Park, uno de los mejores parques de nuestro país. Se asemeja a una selva en miniatura, encajada entre los edificios, por la frondosidad de sus árboles y el aire húmedo que se respira.

Calle Serrano, Madrid

Se trata de la calle más cara de España, según un ranking publicado en 2019 por la tasadora TecniTasa. Los precios en esta calle oscilan los 9.500 euros/m2. Ganan este puesto debido a la disponibilidad de las viviendas más hermosas de Madrid, algunas de las cuales son verdaderos palacetes, y sus edificios amplios y minimalistas, con amplias terrazas para disfrutar de excelentes vistas de la maravillosa ciudad. También es conocida por sus tiendas de lujo, convirtiéndola en la Milla de Oro de Madrid. Famosos residentes y poderosas embajadas se diseminan a lo largo de sus aceras, incluyendo pedazos de historia. Fue en esta calle donde se pactó la expulsión de Alfonso XIII antes de proclamar la II República, y tanto Emilio Castelar como Manuel Azaña vivieron aquí.

Calle Sisehace, Valdepeñas de Jaén

El nombre de la calle es bastante adecuado. Ostenta el cargo de la calle más empinada de España. Recorrerla es un estupendo ejercicio. Pequeña, estrecha, con escaleras a los costados para facilitar su subida, posee un toque acogedor. Parece querer concentrarse sobre ella misma, hasta estirar al máximo las leyes de la física (o acortarlas, en este caso). Hace pocos años era prácticamente intransitable para los vehículos, debido a la mala calidad del asfalto y su marcada pronunciación, pero actualmente, con un buen dominio de marchas, es posible subir y bajar por ella en coche.

Calle Laurel, Logroño

Poca gente visita Logroño y pasa por alto su calle más famosa, conocida por la densa concentración de bares ideales para el tapeo. Por supuesto que el líquido habitual que vemos refulgir bajo sus luces es el exquisito vino Rioja que produce esta buena tierra. En su reducido espacio se concentra el ejemplo de la alegría española, la amistad, el disfrute. Quizás sea algo complicado entrar en estos bares y abrazarnos como merece en los días que corren, pero considero que es necesario incluirla en la lista, aunque sea en último lugar, como un símbolo del recuerdo. Recuerdo de lo que somos y de lo que está por venir, que ya falta poco. Todavía no podremos disfrutar de la Calle Laurel como se merece, pero sí podemos ir planeando el día futuro en que volvamos a visitarla y marcar nuestra agenda con su nombre. Es bueno mirar el futuro con la alegría que nos regala habitualmente la Calle Laurel.