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Chipre, la isla de Afrodita convertida en destino «hit»

Historia y mitología; 300 días de sol al año y más bares por habitantes que España. Esta isla es el nuevo destino turístico obligado del Mediterráneo

Agia Napa se ha convertido en el destino de moda de la isla
Agia Napa se ha convertido en el destino de moda de la isla@Julio Castro

Chipre, la tercera isla más grande del Mediterráneo se sitúa como un punto de encuentro de tres continentes, en el extremo más oriental del Mare Nostrum. Una situación geoestratégica que hizo de esta isla objeto de deseo para las grandes potencias de la Historia. Los británicos impusieron su soberanía desde 1878 hasta el 16 de agosto de 1960, cuando Chipre logró su independencia; pero antes ya habían desembarcado fenicios, asirios, egipcios, griegos, persas, macedonios, romanos, venecianos y otomanos, entre otros. Y todos, en mayor o menor grado, dejaron su legado cultural en forma de murallas, anfiteatros, iglesias, mezquitas, mitología, gastronomía o su peculiar manera de conducir.

Desde 1960, Chipre está reconocido internacionalmente como Estado, aunque solo controla dos tercios de su superficie; el otro tercio (la parte norte de la isla) está bajo el dominio de Turquía, que invadió y ocupó estos territorios en 1974 para instaurar la llamada República Turca del Norte de Chipre, un estado que no existe, un territorio que ningún país ha reconocido, salvo la misma Turquía. Al sur, 800.000 habitantes y otros 300.000 en el norte, han aprendido a convivir pacíficamente (Chipre está entre los diez países más seguros del mundo), aunque estén separados por una frontera de 180 kilómetros, llamada Línea Verde, que parte en dos a su capital, Nicosia (o Lefkosia, como aquí la llaman), la única ciudad que queda en el mundo dividida por un muro. Pese a todo, la inmensa mayoría de grecochipriotas y turcochipriotas de la isla se consideran primero chipriotas y después, griegos o turcos.

Vista panorámica de la Laguna Azul
Vista panorámica de la Laguna AzulJulioCastro

En el extremo suroeste de la isla, entre Pafos y Limasol, en una apartada playa cubierta de guijarros, tres grandes rocas sobresalen del mar a pocos metros de la orilla. Una de ellas, la más oscura, la que no es de piedra caliza, la conocida como Petra tou Romiou (literalmente «la roca de los romanos»), se formó, según la mitología griega, cuando Cronos mutiló a su padre, Urano, cortando sus testículos y arrojándolos al mar. De la espuma de las aguas, al batir contra esta roca, nació Afrodita. Es un lugar lleno de encanto, que se ha convertido en uno de los principales reclamos turísticos de la isla. Cuentan los lugareños que si se nada alrededor de esta roca se rejuvenece un año por cada vuelta que se dé… Solo es cuestión de probar y ver qué pasa.

Mitología y arqueología son los auténticos puntos calientes del sur de Chipre. Kourion (a 19 kilómetros de Limasol), por ejemplo, fue una de las ciudades-estado más importantes del Chipre helenístico y romano; quedan vestigios de una ágora romana y varias villas, decoradas con fascinantes mosaicos, entre las que destacan la casa de Aquiles y la de los Gladiadores. El teatro, con el Mediterráneo como telón de fondo, es la auténtica joya del yacimiento; data del siglo II a.C. pero se reformó y amplió durante el mandato de Trajano en el II d.C., con una capacidad para más de 3.500 espectadores. A las afueras de Pafos, visitamos el yacimiento Nea Paphos (Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980) con una colección de mosaicos abrumadora (no perderse la casa de Dionisos y la de Teseo con su mosaico circular) y la necrópolis de las Tumbas de los Reyes, un conjunto de cámaras mortuorias subterráneas excavadas en roca, donde nunca se enterró a ningún rey, solamente altos funcionarios o jefes de estado; fueron construidas en el siglo III a.C. durante la dinastía ptolemaica, siguiendo el gusto arquitectónico del Antiguo Egipto.

Iglesias, vinos y playas

Uno de los templos capitales de Chipre es el de San Lázaro, en Lárnaka (una de las ciudades más antigua del mundo permanentemente habitada), donde está enterrado Lázaro de Betania, el personaje bíblico resucitado por Jesús a la orden de «levántate y anda»; según la tradición ortodoxa, Lázaro huyó de Judea a Chipre donde fue nombrado primer obispo de la ciudad, en la que vivió 30 años hasta su segunda muerte. Hay una leyenda que cuenta que, durante esos años, nadie volvió a ver sonreír a Lázaro.

En la parte central de Chipre, en la cordillera de Troodos (algunos se vienen arriba y la llaman «la Suiza de Chipre») están diseminadas pequeñas iglesias de las que diez de ellas (construidas entre los siglos XI y XVI) fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1985. Sus fachadas no llaman la atención, con un aspecto que nos recuerda más a un granero que a un templo, y no hacen presagiar el enorme tesoro que nos aguarda: paredes y techos cubiertos con fantásticas pinturas murales. Panagia Asinou, una de las diez, contiene algunas de las muestras de arte sacro bizantino mejor conservados del mundo; una especie de maravilloso cómic que relata la vida y muerte de santos y mártires para el entendimiento de los devotos (y analfabetos) de la época.

En las estribaciones de estas montañas, en la región de Commandaria, se sigue elaborando un vino dulce, de color ámbar oscuro, usando uvas secadas al sol; está considerado como el vino más antiguo del mundo producido de manera continuada desde el año 800 a.C. Se sabe que fue servido en el banquete nupcial de Ricardo Corazón de León y Berenguela de Navarra, celebrado en 1191, y que Ricardo, encantado con su sabor, calificó al Commandaria como «vino de reyes y el rey de los vinos».

Con todo este patrimonio histórico y cultural a nuestro alcance, queda por decir que el principal reclamo turístico de esta isla son sus 300 días de sol al año y sus increíbles playas de aguas turquesas. Lárnaca y, sobre todo, Agia Napa concentran la mayor oferta hotelera; son apreciadas internacionalmente por la belleza de sus arenales, la transparencia y calidez de sus aguas, y por la enorme oferta de ocio y vida nocturna que ha llevado a Agia Napa a ser conocida como la «Ibiza chipriota». Aquí queda claro: Chipre supera a España en el ratio de bares por habitante y nos arrebata el número uno de esa festiva lista.

Este verano, llegar a Chipre desde nuestro país será más fácil que nunca gracias a Politours 360 que comenzará a operar vuelos directos a Lárnaca desde nueve aeropuertos españoles: Barcelona, Bilbao, Madrid, Oviedo, Santiago de Compostela, Sevilla, Pamplona, Valladolid y Zaragoza. Politours ha programado, además, varias salidas (con alojamiento y excursiones también incluidas) que comenzarán el diez de julio y finalizarán el día nueve de octubre.