Viajes

La Albufera de Valencia, un paisaje con personalidad propia

Es la cuna del cultivo del arroz en España

Un grupo de turistas disfruta de un placentero paseo en barca por la Albufera
Un grupo de turistas disfruta de un placentero paseo en barca por la AlbuferaJNarro

A poco más de diez kilómetros de la ciudad de Valencia se despliega ante nuestros ojos un paraje natural único en la península ibérica: el parque natural de L´Albufera.

Su nombre, procedente del árabe (“al-buhayra”), que significa “el lago o pequeño mar”, es toda una declaración de intenciones de lo que vamos a encontrar.

Este singular entorno es una gran laguna costera (la mayor de estas características de España), de agua dulce y poca profundidad, compuesta por tres ecosistemas perfectamente diferenciados: el lago, los arrozales y la devesa (con dunas y bosques de pinos).

Pues bien, parte de estas zonas pantanosas se convirtieron, ya hace siglos, en el hábitat ideal para el cultivo del arroz (principal actividad agraria del parque), siendo además el lugar más antiguo de España donde se planta este cereal que es el segundo alimento más consumido del planeta.

Fueron los musulmanes que habitaban estas tierras quienes lo introdujeron al apreciar las características y bondades del terreno (en clima, suelo y abundancia de agua) para esta, entonces, novedosa práctica agrícola en la península ibérica.

Con el paso de los siglos y la llegada de maquinarias modernas este durísimo trabajo de campo fue, poco a poco, suavizándose (no exento, en la actualidad, de mucho esfuerzo y dedicación) y siendo cada vez más productivo.

Antiguamente, la durísima labor de la siega del arroz se realizaba a mano
Antiguamente, la durísima labor de la siega del arroz se realizaba a mano JNarro

Las acequias, los motores que bombean agua y distintas esclusas permiten inundar estos campos de arroz que conforman la mayor extensión de la Comunidad Valenciana dedicada a este cultivo que es, además, una importante fuente de ingresos para muchas familias.

Instantánea de una acequia que conduce el agua a los arrozales
Instantánea de una acequia que conduce el agua a los arrozalesJNarro

Un paisaje horizontal que, dicho sea de paso, cambia totalmente de color según sea el ciclo de cultivo.

De un intenso azul cuando estos campos están empantanados a un sorprendente verde cuando crece el arroz; de un insólito dorado cuando la espiga está lista para ser cosechada a un llamativo marrón, color de la tierra, en época invernal. Toda una paleta de colores obra del hombre y la naturaleza.

Palabras como “la perelloná” (cierre de compuertas para inundar los arrozales), “eixugar” (bajar el nivel del agua), “la xiruga”, “la guaretà, “mantornar”, “la transplantá” o “la birbá” (quitar las malas hierbas) le serán familiares cuando conozcan y les expliquen esta centenaria labor agrícola en La Albufera.

Un trabajo tan laborioso, exhaustivo y delicado que, a pesar de los múltiples esfuerzos que requiere, tiene como final un producto de primera calidad, con denominación de origen propia, apreciado mundialmente: el “Arrós de Valéncia” (www.arrozdevalencia.org) Un verdadero embajador de la gastronomía valenciana y española.

Conmemorando esta centenaria tradición agrícola y la calidad de este arroz se celebra APLEC (en su tercera edición en el 2024).

Un evento que congrega a decenas de destacados cocineros (entre otros, Quique Dacosta, Luis Valls, Susi Díaz, Vicky Sevilla, Paco Torreblanca, Bernd Knoeller, Kiko Moya, Ferdinando Bernardi, Alberto Ferruz, Begoña Rodrigo, Aurora Torres, Andrea Drago, etc., etc.) y experimentados gastrónomos donde, además de degustar platos típicos de la Comunidad, se puede –acompañados de agricultores experimentados de La Albufera- practicar la siega por métodos tradicionales.

Reputados gastrónomos y chefs han participado en coloquios y charlas en torno este arroz con Denominación de Origen propia
Reputados gastrónomos y chefs han participado en coloquios y charlas en torno este arroz con Denominación de Origen propiaJNarro

Ahora bien, conviene recordar cuando viajemos hasta estas latitudes que, junto a esta indispensable vertiente agrícola, también se pueden practicar algunas actividades de carácter lúdico.

No podemos marchar de estas tierras sin probar su tradicional paella
No podemos marchar de estas tierras sin probar su tradicional paella JNarro

Entre ellas, además de degustar una buena paella, realizar un paseo en barca, llamada albuferenc, por la laguna (especialmente a la hora en que se pone el sol cuando las distintas tonalidades del cielo parecen reflejarse, como gran espejo, sobre estas tranquilas aguas) o dedicar tiempo a la observación de las aves que habitan este parque. Todo un santuario para los amantes de la ornitología y el birthwatching.

El cielo, al anochecer, regala al visitante una impresionante paleta de colores
El cielo, al anochecer, regala al visitante una impresionante paleta de colores JNarro