Patrimonio
Ávila y Alba de Tormes, unidas por una Santa
Bajo el título de «Teresa de Jesús, Maestra de oración», la fundación Las Edades del Hombre celebra, hasta el 10 de noviembre, el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa con una exposición que cuenta con obras de artistas como Zurbarán, Salzillo y Goya
Pocas efemérides hay más significativas para 2015 en nuestro país como la celebración del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús (1515-1582), también conocida como Santa Teresa de Ávila, la Santa o la Andariega. Por tal motivo, la fundación Las Edades del Hombre ha puesto el foco de atención en esta ilustre efeméride organizando una extraordinaria exposición bajo el llamativo título «Teresa de Jesús. Maestra de oración» con dos significativas sedes: Ávila, donde nació el 28 de marzo de 1515, y Alba de Tormes, donde falleció el 4 de octubre de 1582.
Un formidable reclamo para adentrarnos un poco más en la vida de una mujer adelantada a su tiempo que no dejará indiferente al visitante. Sesenta y siete años de una intensa y polifacética actividad. Si a ello le unimos el formidable bagaje histórico, patrimonial y arquitectónico de estas dos localidades tenemos los ingredientes necesarios para decidirnos por estos destinos.
Trabajos de artistas universales como Alonso Cano, Zurbarán, Gregorio Fernández, Salzillo, Juan de Juni, Ribera, Lucas Jordán y Goya pueden ser apreciadas por el visitante en esta edición de Las Edades del Hombre. Un acontecimiento cultural único, con obras procedentes también de otras partes de España, que el viajero no debe perderse.
Este recorrido teresiano, que incluye también algunos de los conventos que fundó en vida, no es sólo un viaje religioso. Es algo más. Alrededor de la figura de Teresa nos empaparemos de la historia de estas tierras, degustaremos una formidable gastronomía, veremos paisajes inolvidables y aprenderemos algo más de cómo era el día a día en el siglo XVI.
Una ocasión especial para conocer una parte de esta comunidad autónoma (Castilla y León) tremendamente atrayente. Una región diversa, extensa, polifacética, hospitalaria y seductora donde el turismo cultural, gracias a su incalculable patrimonio artístico, es un reclamo de primera magnitud a nivel mundial.
Esas huellas de «la Santa Andariega» nos llevarán, por ejemplo, a otras ciudades como Medina del Campo (Valladolid), donde se hiciera realidad una de sus primeras fundaciones. Escribió: «Llegamos a Medina del Campo, víspera de Ntra. Sra. de Agosto, a las doce de la noche; apeámonos en el monasterio de Santa Ana, por no hacer ruido, y a pie nos fuimos a la casa». Cuentan los guías que en el convento que posteriormente fundara, llamado de San José, se vieron por primera vez, en 1567, Santa Teresa y San Juan de la Cruz, quien sería un gran apoyo durante toda su vida.
Tras este imborrable periplo teresiano por tierras castellano leonesas no hay mejor forma de finalizar estos párrafos que transcribiendo algunas de sus frases más célebres: «Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda; la paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta. Sólo Dios basta».
Según vamos acercándonos a esta localidad, muy próxima a Salamanca, se aprecia la imponente figura de la torre del homenaje de lo que fuera el castillo y palacio del duque de Alba, declarado bien de interés cultural. Este majestuoso e impertérrito testigo pétreo de los avatares históricos de estas tierras es también el ejemplo palpable de la centenaria relación del municipio con la Casa de Alba. Una visita muy aconsejable especialmente por la sala de los frescos, donde se representan diferentes escenas de la batalla de Mühlberg en las que participó el gran duque de Alba en tiempo del emperador Carlos I.
Murallas de Ávila
Es imposible no dejarse ensimismar por la belleza de una de las murallas medievales mejor conservadas del mundo. Pasear junto a ellas, especialmente iluminadas de noche, es una sensación inolvidable. Pensar en lo que estos muros centenarios han visto, en los sucesos históricos que a sus pies han acaecido y de las que son testigos mudos es dejar por unos momentos volar la imaginación.
Una ciudad, declarada por la Unesco Patrimonio Mundial de la Humanidad, de la que en alguna ocasión se dijo que «es la capital de España que vive más cerca del cielo». Quizás, quién sabe, no sea sólo por sus 1.131 metros sobre el nivel del mar.
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