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El Festival de las Luces y otros motivos por los que viajar a Lyon

El mundialmente conocido Festival de las Luces –del 6 al 9 de diciembre– posiciona a Lyon como uno de los destinos de viaje más sorprendentes e inolvidables.

Vista de la Basílica de Notre-Dame de Fourvière desde el centro de la ciudad
Vista de la Basílica de Notre-Dame de Fourvière desde el centro de la ciudadlarazon

El mundialmente conocido Festival de las Luces –del 6 al 9 de diciembre– posiciona a Lyon como uno de los destinos de viaje más sorprendentes e inolvidables.

Lyon es un bello laberinto con apariencia de ciudad en el que más de 400 pasajes e interiores callejones llamados traboules entrelazan las calles. Situada al este de Francia en la confluencia de las corrientes del Ródano y del Saona, la urbe parece estar “adosada” a las colinas de Fourvière y de la Croix-Rousse. Su peculiar orografía es la mayor característica que la define, sin embargo, es su mundialmente conocido Festival de las Luces –del 6 al 9 de diciembre– lo que posiciona a Lyon como uno de los destinos de viaje más sorprendentes e inolvidables.

Algunos de sus barrios más antiguos e “imperdibles”

Ciudad bimilenaria e históricamente reconocida como capital mundial de la seda, se asienta sobre un área urbana que es la segunda mayor del país tras París.

Su descripción suele centrarse en un barrio de forma alargada y estrecha, el Vieux Lyon. Este constituye la parte más medieval y renacentista de Lyon, ubicándose entre la colina Fourvière y el Saona. A partir de él y al otro lado del Ródano, en una gran llanura, se extiende el resto de la ciudad en la que se encuentra, entre otros lugares de obligada visita, el parque de la Tête d´Or, uno de los mayores parques urbanos de Europa.

Como punto de referencia y coronando Fourvière se alza la monumental Basílica Notre-Dame de Fourvière, convertida en uno de los símbolos de Lyon ya que es vista desde cualquier ángulo de la ciudad, asimismo desde el templo se obtiene una impresionante panorámica de todo el paisaje urbano y sus alrededores.

Otro enclave de gran importancia es Croix-Rousse cuyo nombre hace referencia a la colina y al barrio homónimo que hay sobre ella. Es un lugar singular marcado por su geografía, por su historia –fue el centro de la industria de la seda–, y por la gran densidad de su población.

Finalmente, extendiéndose desde el pie de Croix-Rousse hasta la orilla donde confluyen los ríos Ródano y Saona, se halla el centro de Lyon: la Presqu´île. En esta zona predominan cafeterías, restaurantes, grandes almacenes y tiendas de lujo entre otros comercios.

El Festival de las Luces

Recorrer los más emblemáticos espacios urbanos de Lyon durante el Festival de las Luces es viajar a un mundo de luz en el que todo es posible: las fachadas de los edificios se convierten en lienzos fascinantes, las plazas y fuentes en océanos de arte, y las ventanas de las viviendas se tornan oratorios con velas encendidas en nombre de una antigua promesa a la Virgen. Son días en los que Lyon muestra todo su esplendor al visitante.

Otro aspecto que posiciona a Lyon en el orbe es su afamada gastronomía. La ciudad es cuna de algunos de los chefs más famosos del planeta y origen de la De los más de 2.000 restaurantes que alberga, una veintena de ellos han sido etiquetados por una asociación como distinguiéndolos así como los establecimientos que mejor representan la tradición culinaria de la ciudad.

Sumando a la gran variedad de lugares de interés, uno de los más simbólicos es el Instituto Lumière. Este rinde homenaje en una imponente villa a los hermanos Lumière, quienes inventaron el cinematógrafo. En el interior de la casa se presentan gran parte de sus inventos en un ambiente de elegante decoración y techos ornamentados. Para los amantes del séptimo arte es una experiencia imperdible.

Así es Lyon, “lo esencial es invisible a los ojos”

Quizás, en este rápido circuito por lo más destacado de Lyon y como ejemplo de su monumentalidad, la Plaza Bellecour sea lo más representativo. Esta considerada como la mayor plaza de uso peatonal en Europa. En su centro se halla una estatua ecuestre de Luis XIV, aunque tal vez una pequeña escultura en uno de sus vértices le roba protagonismo. La imagen conmemora a Antoine de Saint-Exupéry oriundo de Lyon y autor de El Principito. El aviador esta sentado en el pedestal de mármol blanco que lo alza. A su lado, de pie, el pequeño príncipe. Ambos parecen mirar al horizonte. Ambos parecen saber que “lo esencial es invisible a los ojos”.

Así es Lyon, un destino de viaje que enseña al viajero que la esencia de una ciudad flota inmaterial como la luz, a la vez que es invisible a los ojos.