Turismo
Ni París ni Budapest: estas son las 3 ciudades antiguas más bonitas de Europa, según el ranking de Tourlane
El estudio tiene en cuenta factores como su importancia cultural e histórica, el estado de conservación de sus edificios y, sobre todo, la facilidad para recorrer el casco antiguo a pie
Cuando viajamos, lo que más nos atrapa de un destino no siempre son sus monumentos más famosos, su gastronomía o su gente, sino su casco antiguo: ese entramado de calles que han resistido el paso del tiempo. Por las que caminaron generaciones de personas, en las que se abrieron y cerraron negocios, tuvieron lugar guerras e historias de amor.
Aunque muchas ciudades europeas gozan de un encanto innegable, no siempre coinciden las favoritas de los turistas con las que destacan por la belleza de su casco histórico. Pasear por ellos es sumergirse en siglos de cultura y arquitectura, en una atmósfera que los barrios modernos difícilmente pueden igualar.
Un reciente ranking elaborado por la agencia de viajes Tourlane ha querido responder a la pregunta: ¿cuál es el casco antiguo más bonito de Europa? Los resultados traen algunas sorpresas y confirman que la autenticidad y la historia siguen siendo los grandes atractivos de los viajeros.
Cómo se elaboró el ranking
El estudio de Tourlane analizó 65 ciudades de todo el mundo, evaluando factores como su importancia cultural e histórica, el estado de conservación de sus edificios y, sobre todo, la facilidad para recorrer el casco antiguo a pie. Este último criterio fue clave, ya que la posibilidad de perderse entre callejuelas sin necesidad de transporte se considera esencial para vivir una experiencia auténtica.
Cracovia, el casco antiguo más bonito de Europa
En el primer puesto se encuentra Cracovia (Polonia), una joya medieval que ha sabido conservar su alma a lo largo de los siglos. Su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, combina historia, arte y vida moderna de forma ejemplar.
El corazón de la ciudad es la Plaza del Mercado Principal, una de las más grandes de Europa, presidida por la icónica Lonja de los Paños y rodeada de edificios renacentistas y barrocos. Desde allí, las calles empedradas conducen hasta el Castillo de Wawel, símbolo de la antigua realeza polaca.
Su estructura compacta invita a pasear sin rumbo fijo, disfrutando de cafés con encanto, iglesias góticas y rincones llenos de vida. Todo ello convierte a Cracovia en el casco antiguo más bello de Europa y en un destino ideal para una escapada cultural.
Nápoles, la energía y el caos más auténtico de Italia
El segundo puesto lo ocupa Nápoles (Italia), una ciudad que vibra en cada esquina. Su casco antiguo, declarado también Patrimonio de la Humanidad, es un laberinto fascinante de historia y vida cotidiana.
La arteria principal, Spaccanapoli, corta el corazón de la ciudad y concentra todo su carácter: iglesias barrocas, pizzerías centenarias y talleres artesanales que parecen detenidos en el tiempo. Aquí, el caos tiene su propio ritmo, y el visitante se ve envuelto en una mezcla de aromas, sonidos y colores que hacen de Nápoles una experiencia sensorial única.
Ratisbona, la joya medieval de Alemania
En tercer lugar aparece Ratisbona (Regensburg), en el sur de Alemania. Situada a orillas del Danubio, esta ciudad bávara es un viaje directo a la Edad Media. Su casco antiguo, perfectamente conservado, invita a recorrer siglos de historia con solo unos pasos.
El Puente de Piedra del siglo XII conecta directamente con el centro histórico, donde se alzan joyas como la Catedral gótica de San Pedro, el Antiguo Ayuntamiento y la Porta Praetoria, una de las puertas romanas mejor conservadas al norte de los Alpes.
Compacto, accesible y lleno de encanto, el casco antiguo de Ratisbona combina la grandeza medieval con la calidez de una ciudad viva y moderna.
Más allá de los grandes monumentos, el verdadero encanto de Europa se encuentra en sus calles empedradas, en sus plazas pequeñas y en las historias silenciosas que resuenan en sus muros.