Anécdotas
Wayne Rooney revela el inesperado secreto relacionado con PSP detrás del éxito del Manchester United
El mítico delantero inglés reveló que en el vestuario compartían una afición que les unió mucho
Aunque en los últimos años está pasando por horas bajas, es innegable que el Manchester United es uno de los clubes ingleses más años de la historia. Su última época dorada posiblemente fuese con jugadores como Wayne Rooney a la cabeza, defendió la camiseta del equipo. Títulos de Premier League, noches mágicas en Champions y una plantilla llena de estrellas marcaron una era que todavía hoy muchos aficionados recuerdan con nostalgia. Sin embargo, detrás de la disciplina táctica de Sir Alex Ferguson y del talento de futbolistas legendarios, había un detalle desconocido que también unió al vestuario.
En una reciente entrevista, Rooney dio a conocer un poco más cómo era ese vestuario y compartió cómo, más allá de los entrenamientos y los partidos, había un pasatiempo que fortalecía la relación entre los jugadores. Una costumbre que, según él, influyó directamente en la mentalidad y coordinación del grupo dentro del terreno de juego.
El papel clave de la PSP en el vestuario del United
Rooney confesó que el secreto no eran largas sesiones de Battlefield ni partidas a Call of Duty. De hecho, ni siquiera jugaban en una consola de sobremesa, sino cada uno en su PSP. En concreto, el juego que cautivó al vestuario fue SOCOM: U.S. Navy SEALs, un título de estrategia militar en el que la comunicación y el trabajo en equipo eran esenciales. “Teníamos que hablar, coordinarnos, revivir a los compañeros caídos… Era brillante. De verdad creo que fue una gran parte de nuestro éxito”, explicó el exdelantero.
El inglés incluso destacó que la forma de jugar a SOCOM reflejaba la personalidad de cada futbolista dentro del campo. Para Rooney, estas partidas no solo servían como entretenimiento, sino como un entrenamiento paralelo en cohesión y mentalidad colectiva que después se reflejaba en el terreno de juego.
Esta curiosa anécdota demuestra una vez más la importancia del compañerismo en el fútbol de élite y como un equipo en el que los jugadores comparten tiempo fuera del campo puede tener ventaja sobre sus rivales.