El desafío independentista

Otra purga en Educación para tomar los colegios

El Govern destituye a un alto cargo mientras busca locales para celebrar el referéndum.

Imagen de la consulta independentista del 9 de noviembre de 2014
Imagen de la consulta independentista del 9 de noviembre de 2014larazon

El Govern sigue con su purga de consellers y altos cargos para tenerlo todo bajo control de cara al referéndum anunciado para el 1 de octubre. En este caso, la nueva víctima que se ha cobrado el «procés» es el presidente del Consorcio de Educación de Barcelona, Lluís Baulenas, un ente que gestiona a los centros educativos públicos de Infantil, Primaria, ESO y postobligatoria de la ciudad de la Ciudad Condal. La destitución de Baulenas se ha producido en medio de la controversia por la cesión de locales en la capital catalana para el 1-O, ya que el dirigente de la Generalitat eludió el pasado martes por la mañana posicionarse respecto a la consulta independentista en una rueda de prensa celebrada con motivo del inicio del curso escolar. De forma fulminante, por la tarde, la consellera de Educación, Clara Ponsatí, una fervorosa independentista –apenas es capaz de hablar castellano en sus ruedas de prensa–, le cesó de su cargo.

Según explicó en Rac1 la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien también tiene ascendencia en este organismo, ya que la gestión corresponde en un 60 por ciento a la Generalitat y el otro 40 por ciento al consistorio, recibió una llamada el martes por la tarde en la que Ponsatí le comunicaba la decisión y aludía que era «por motivos obvios», en clara alusión a las palabras de Baulenas por la mañana. Asimismo, también le avanzó que asumiría ella este cargo y la responsabilidad en todo lo que se firme desde el consorcio.

De esta manera, al asumir las riendas, Ponsatí tendrá en sus manos gran parte de los centros electorales de que dispone la Generalitat en Barcelona –que son un 70 por ciento de todos los puntos de votación que suele haber en la ciudad en elecciones– y podrá ordenar a directores de colegios o institutos, como ocurrió en la consulta del 9 de noviembre, que cedan los espacios para que se pueda votar. Los focos del «procés» se han situado particularmente en la capital catalana, por lo que representa y después de que Colau haya rechazado ceder dependencias municipales para el 1-O. Por tanto, con este movimiento, Ponsatí, que fue una de las beneficiarias de la purga de consellers poco implicados con el 1-O al asumir el departamento de Educación en detrimento de Meritxell Ruiz, garantiza que la Generalitat en Barcelona disponga de espacios para votar. Con este relevo, la Conselleria suma ya cinco desde julio.