Elecciones en Estados Unidos

El pecado de las élites

La Razón
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–¿Cómo explica la derrota de Hillary Clinton?

–Hay tres razones que podrían ayudarnos a entender lo que pasó durante la noche del jueves. En primer lugar, Clinton ha tenido muchas dificultades para superar el problema de la desconfianza de los electores con respecto a su figura. A muchas personas, simplemente, no les gusta y defienden que no se puede confiar en ella. Y, ciertamente, la intervención del FBI sólo un par de semanas antes de que la votación tuviese lugar en la que reabrieron la investigación en torno a sus «emails» no le ayudó. En segundo lugar, la idea general de que Trump pretendía a luchar contra el «establishment», a pesar de ser parte del mismo, gustó mucho al electorado. Creo que es algo bastante superficial y que no es fidedigno, pero también opino que el hecho de decir que Washington era el problema atrajo a la gente a su lado. Lo que me lleva al tercer punto: creo que subestimamos cuánta gente en América se siente frustrada, enfadada o asustada. El país está todavía saliendo de una larga recesión (posiblemente, la peor desde la de los años 30). Algunos hemos tenido que marcharnos a trabajar en otro país. Además, la sociedad EE UU está bastante dividida en temas relacionados con las etnias, o los derechos de gays y lesbianas. Trump ha sacado rédito de los miedos de la población, así como de sus preocupaciones, a base de eslóganes. Defendía antes sus seguidores que estaba preocupado por sus trabajos, por la educación de sus hijos, etc. y luego culpaba de los problemas relacionados con esos temas a los chinos o a los mexicanos.

–¿Hasta qué punto se podía predecir la derrota de la candidata demócrata?

–No sé de nadie que no estuviese dentro de la campaña de Trump y que defendiese que el candidato republicano era el favorito. Pero hay quienes apuntaban a que su victoria entraba dentro de los escenarios posibles (como se vio en varias páginas webs como «FiveThirtyEight», que mantenía que Clinton tenía un 70% de posibilidades de ganar). Creo que el problema estuvo en que se puso la atención sobre ciertos estados que en un principio no predijeron su derrota, pero que estaban repletos de votantes que dependen de empleos industriales, que se manifestaron mucho más preocupados por la economía de lo que se esperaba.

–¿Cuáles fueron los mayores fallos en los que incurrió durante la campaña?

–Giró en torno a temas bastante complejos: el «Obamacare», el crecimiento económico y cómo mantenerlo, la inmigración y qué hacer con aquellos que han vivido en el país durante años, pero todavía no son residentes legales, etc. Aunque Hillary conoce estos temas bastante bien, tuvo muchos problemas a la hora de mezclarse con el público y hacer llegar a la opinión pública una idea clara de qué pensaba hacer. También hay que tener en cuenta que la política americana ha comenzado a transitar por unos medios de comunicación mucho más adaptados a los gritos que a otra cosa. Las tertulias en la radio y en la televisión, las redes sociales... Ese tipo de medios agresivos trata de menospreciar a la otra persona. Creo que beneficiaban más a Trump, no a la discusión de políticas. Hillary trató de introducir ciertos temas en los debates, pero, al final, estas elecciones se decidieron en términos de personalidad televisiva.