José María Marco

Al centro por la izquierda

La Razón
La RazónLa Razón

En «Con la muerte en los talones», Cary Grant se dirigía al Norte por el Noroeste, como algunos siglos antes Colón se hizo al océano en dirección al Oeste para alcanzar el Este. No sé si Cary Grant encontró algo interesante por el camino, aparte de Eva Marie Saint se entiende, pero todos recordamos lo que encontró Colón, que fue un nuevo continente. Es lo que, según algunos análisis, se disponer a hacer Pedro Sánchez con su nuevo PSOE. Al centro, como alternativa al PP-Ciudadanos, pero por la izquierda, en competencia con los podemitas. Tal vez descubra algo en el trayecto, algo que le permita llamarse, como afirmaba de sí mismo Maquiavelo, el nuevo Colón de la política. El sentido del viaje es discutible.

En lo que todos estaremos de acuerdo es que las sociedades en las que vivimos se han fragmentado. Ya no reina ese acuerdo profundo que llevaba a una parte mayoritaria de una sociedad a inclinarse por una opción ideológica más o menos consistente: de hecho, estas opciones son ya marginales. La diversidad, que es lo propio de nuestro tiempo, requiere instrumentos políticos flexibles, pragmáticos, más atenidos a los hechos que a las ilusiones y sobre todo que no interpongan barreras demasiado altas entre ellos mismos y los posibles votantes. Requieren, en resumidas cuentas, partidos políticos centrados, capaces de dirigirse a electores con ideas, intereses y sensibilidades muy distintas.

No comprender esto es, entre otros varios motivos, lo que ha causado el final de la izquierda al que estamos asistiendo en los países de la Unión. Empecinarse en el error lleva a la ruina. Con un discurso tan abrasivo y arcaico como el que el PSOE está practicando, incomprensible para la mayoría de la ciudadanía, enarbolando banderas republicanas y cantando la Internacional, como en los años 30, y buscando el acuerdo con una organización nutrida tan sólo de odio y de rencor, como demostró Pablo Iglesias de una vez para siempre en su moción de censura, jamás llegará a obtener un respaldo mínimo. Nunca conseguirá llegar al Gobierno (a La Moncloa, como dicen los socialistas con fruición, como si de nuevo la tuvieran al alcance de los labios). Lo del centro por la izquierda pasa, en realidad, por el cementerio de las organizaciones zombies.