Sucesos

El último rastro del móvil: Diana no salió de A Pobra

La Guardia Civil considera relevantes los posicionamientos del teléfono en la zona hasta que se acabó la batería. Duró varias horas desde la última llamada de la joven a una amiga, a las 3:30 de la madrugada

Diana Quer junto a su padre Juan Carlos Quer y su hermana Valeria
Diana Quer junto a su padre Juan Carlos Quer y su hermana Valerialarazon

La Guardia Civil considera relevantes los posicionamientos del teléfono en la zona hasta que se acabó la batería. Duró varias horas desde la última llamada de la joven a una amiga, a las 3:30 de la madrugada

El tiempo en toda desaparición juega en contra y con hoy ya son 11 los días sin rastro de Diana María Quer López-Penil. La pista de esta joven madrileña de 18 años se perdió la madrugada del pasado 22 de agosto en las fiestas de A Pobra do Caramiñal, en La Coruña. La Guardia Civil sigue sin descartar ninguna hipótesis a medida que pasa el tiempo, unas cobran más fuerza que otras. Analizan cada pista, cada testimonio, cada señal del teléfono móvil. En este sentido, las investigaciones técnicas que están llevando a cabo han permitido triangular el último rastro que dejó su móvil. Su señal se pierde en la zona, en el pueblo y los alrededores, según explicaron ayer a LA RAZÓN fuentes próximas al caso. El móvil quedó inerte en esta zona, «agotándose la batería varias horas después» de que realizase la última llamada a una amiga, hacia las 3:30 de la madrugada, añaden las mismas fuentes. Y es que el teléfono permaneció encendido un lapso de tiempo mayor al estimado en un principio.

La Unidad de Policía Judicial de la Comandancia de La Coruña, con la ayuda de los técnicos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, trabajan con tesón en la búsqueda de cualquier otra pista que pueda arrojar su teléfono móvil. Aunque los expertos consultados explican que es una tarea más que complicada. «Una vez que el teléfono está apagado es difícil conseguir más información. Si hubiera metido algún software en su móvil antes sí se podría localizar, pero eso no es lo habitual», explica Luis Avial, director técnico en Condor Georadar.

«El problema es que, una vez apagado, ya no se puede hacer nada porque ya no se engancha a ningún repetidor», añade Carlos Meneses, ingeniero de la citada compañía. Meneses considera más que difícil extraer cualquier pista más por esta vía. De ahí que sean esenciales las batidas que se están realizando.

En cuanto a la posibilidad de que se necesite el georradar para localizar algún cuerpo, Avial explica que «no nos lo han pedido. Aún es pronto, hasta los seis meses de desaparición no se necesita porque si el cuerpo estuviese enterrado las unidades caninanas –que ya están utilizando– logran detectar la descomposición a 200 metros de distancia, por lo que que nuestro georradar no es necesario en este momento».

Además de la unidad canina, «tanto para la investigación del caso como para la búsqueda, se están usando recursos locales, regionales y nacionales», afirmó ayer el coronel jefe de la comandancia de La Coruña, Francisco Javier Jambrina Rodríguez.

Hoy y mañana se han organizado batidas ciudadanas. «No hemos solicitado, sino aceptado que participaran porque había mucho interés. Se llevarán a cabo siempre bajo la coordinación de la Guardia Civil», aclaró el coronel.

«Las patrullas urbanas civiles pueden ayudar a peinar el monte, pero el problema a nivel criminalístico es que se puede contaminar el escenario, basta con que uno tire una colilla, por ejemplo», explica el criminólogo Ricardo Magaz.

El problema es que, a medida que pasan los días, urge más si cabe la necesidad de encontrar una nueva pista que dé con Diana Quer. Y, de momento, lo cierto es que «no se ha descartado ninguna hipótesis», afirmó Jambrina a las preguntas de los medios a los que pidió «comprensión por este silencio informativo. No se va a facilitar ninguna información sobre la investigación porque se ha decretado el secreto de sumario y segundo porque consideramos que podría ser contraproducente para la investigación». Continúan por tanto abiertas las opciones de desaparición voluntaria, desaparición forzosa, homicidio, secuestro y accidente. «No se puede descartar ninguna hipótesis, pero tienen menos peso algunas», afirmó a este periódico el padre de la joven Juan Carlos Quer, refiriéndose a la opción de que se quitase la vida y la del secuestro con rescate.

De momento, por tanto, todas las investigaciones continúan abiertas aunque pesan las opciones de suicidio, fuga voluntaria, un homicidio involuntario o voluntario, y no tanto que sea un crimen premeditado, al menos no por el momento. Además, según fuentes consultadas, la opción de que Diana hubiera podido ser atropellada se ha descartado, ya que han analizado las carreteras de los alrededores sin hallar rastro alguno. También cabe recordar que los investigadores han descartado la implicación en el caso de un hombre de etnia gitana que se dedica al montaje de atracciones de feria, y al que se le tomó declaración porque Diana envió a un amigo de Madrid un WhatsApp la madrugada de su desaparición diciéndole que estaba asustada porque le había gritado «morena, ven aquí».

La Guardia Civil continúa investigando cada matrícula extraída gracias a las diferentes cámaras de seguridad por si fuese una marcha voluntaria que acabó torciéndose, como se apuntó al principio.

Asimismo, la UCO está entrevistando a varios testimonios del entorno de la joven, tanto de Pozuelo de Alarcón, que es donde vive Diana, como de Boadilla del Monte, que es donde estudia.

Mientras, «no perdemos la esperanza», afirmó el padre de la joven, que compareció ayer ante la jueza del Juzgado número 2 de Riveira, después de que su otra hija no pudiese acudir por encontrarse mal. Ayer «comparecí ante la juez unas tres horas. Se interesó por asegurar la protección y el bienestar de mi otra hija, Valeria, hermana pequeña de Diana, porque no lo está pasando bien ante la ausencia de su hermana». Y es que días antes tuvo un ataque de ansiedad, por lo que fue atendida por el servicio médico.

La familia de Diana Quer no tiene pensado ofrecer ningún tipo de recompensa por las informaciones que puedan recibir de pistas que lleven al paradero de su hija, según reconoció ayer a este diario su padre, Juan Carlos Quer. «No se ha producido ninguna novedad. Estamos atentos al resultado de las investigaciones», añadió Quer. A la espera permanente de novedades por parte de la Guardia Civil, la familia de la joven parece haber descartado que su desaparición se haya producido de forma voluntaria o que haya sido víctima de un secuestro por motivos económicos. En todo caso, la familia maneja la hipótesis de una retención ilegal. No en vano, los padres han destacado estos días la «prudencia» con la que siempre ha actuado Diana, respetando los horarios que sus progenitores le han impuesto cuando ha salido de noche con sus amigos.