Coleccionismo
Las máquinas de coser Singer valen una fortuna: la cantidad que puedes ganar si las vendes
Entre los modelos más buscados por los aficionados destacan aquellos fabricados entre finales del siglo XIX y principios del XX
En la memoria colectiva, pocos inventos han marcado tanto el ámbito doméstico como las máquinas de coser. Entre todas las marcas, Singer destaca como un emblema de innovación, eficiencia y prestigio. De hecho, en los últimos años, estas máquinas de coser han pasado a convertirse en auténticos objetos de coleccionismo, especialmente los modelos más antiguos.
Aunque hoy en día cualquier máquina de coser puede considerarse un elemento nostálgico, no todas las Singer antiguas alcanzan precios exorbitantes. El valor de estos aparatos depende de varios factores clave: el año de fabricación, la rareza del modelo y, sobre todo, el estado de conservación. Una máquina que ha sobrevivido al paso del tiempo con sus piezas originales y en perfecto funcionamiento puede multiplicar considerablemente su precio de mercado. En plataformas de compraventa online, es posible encontrar ejemplares que llegan a superar los 1.000 euros, dependiendo de su antigüedad y singularidad.
Modelos codiciados
Entre los modelos más buscados por los aficionados destacan aquellos fabricados entre finales del siglo XIX y principios del XX, época dorada en la que Singer consolidó su liderazgo mundial en el sector. No obstante, también hay ejemplares de décadas posteriores que despiertan un interés especial, ya sea por su diseño diferenciado o por sus innovaciones técnicas.
Uno de los modelos más apreciados es la Singer 15, considerada por muchos como una auténtica leyenda. Este aparato se ha ganado el respeto tanto de costureras como de coleccionistas, sobre todo cuando se conserva junto a su mesa original.
Otra pieza muy valorada es la Singer 221 Featherweight, conocida popularmente como 'peso pluma'. Fabricada entre las décadas de 1930 y 1960, destaca por su ligereza y portabilidad, características que la han hecho especialmente popular entre coleccionistas estadounidenses y europeos.
Además, modelos como la Singer 222K Free Arm, de producción limitada, también son muy demandados. Su principal atractivo reside en el brazo libre, una innovación que facilita la costura de piezas tubulares. Su escasez en el mercado incrementa aún más su valor.
Como ocurre con cualquier objeto de colección, la conservación es determinante. Las máquinas que mantienen su pintura original, funcionan correctamente, conservan el número de serie legible y cuentan con todos sus accesorios pueden alcanzar precios muy elevados.