Coronavirus

Siga las misas y la salve rociera por Internet

La Archidiócesis de Sevilla cierra todas las iglesias por el Covid-19. El Obispado de Málaga pide a los fieles que sigan las eucaristías por televisión, radio o streaming

Imagen de la Virgen del Rocío
Imagen de la Virgen del Rocíolarazon

El Arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, dispuso la supresión de la celebración pública de la misa con asistencia de fieles en todos los templos de la Archidiócesis, después de que ante las medidas tomadas por el Gobierno de la Nación tras declarar el estado de alarma, previsto en la Constitución Española, haya considerado necesario adoptar nuevas disposiciones de urgencia para la prevención y erradicación de la pandemia provocada por el coronavirus que afectan “de manera decisiva a la acción pastoral y a la asistencia al Pueblo de Dios”. Cada domingo, hasta que finalicen las medidas de emergencias, el Consejo de Hermandades de Sevilla llevará a todos los hogares la Misa dominical por streaming desde la Capilla de Santa María de Jesús.

 

Por su parte, para prevenir el contagio del Coronavirus, la Salve rociera se va a realizar a puerta cerrada, por los sacerdotes de Almonte. Cada día en familia, a las 21:00 horas, en directo a través del canal de Youtube, Facebook o por la televisión local, en Doñana Comunicación.

 

Los domingos por la mañana también se retransmite la misa almonteña.

 

A través de un comunicado, el Arzobispado señaló que la supresión de la celebración pública de la servicios religiosos con asistencia de fieles en todos los templos de la Archidiócesis se mantiene mientras perdure la declaración del estado de alarma.

Además, "recomienda seguir la santa misa por radio, televisión o internet, haciendo la comunión espiritual, práctica tradicional de la Iglesia que exhortamos a recuperar como medio de santificación y de comunión eclesial".

El decreto oficial publicado por la Archidiócesis de Sevilla recoge también que los sacerdotes celebrarán diariamente la Eucaristía, ya que recuerda que la santa misa, aunque no pueda tenerse con la asistencia de fieles “es una acción de Cristo y de la Iglesia, en cuya realización los sacerdotes cumplen su principal ministerio, ofreciéndola por las personas fallecidas y enfermas, y poniendo como intención la superación de esta pandemia”.

Dispensa también a las hermandades y cofradías de la realización de la estación de penitencia en la próxima Semana Santa y cierra el comunicado "pidiendo a los sacerdotes, a los miembros de la vida consagrada, a los movimientos eclesiales, a las hermandades y cofradías y a todos los fieles de la Archidiócesis que sigan invocando el auxilio de Dios Nuestro Señor y ofrezcan sus sacrificios en esta hora, que encomendamos especialmente a la intercesión y protección de Nuestra Señora de los Reyes".

Por su parte, el Obispado malagueño dispensa a todos los fieles de la Diócesis Málaga de la obligación de la misa de los domingos y fiestas de guardar, mientras dure la epidemia, por lo que les ha recomendado seguirla por televisión, radio o internet, haciendo la comunión espiritual.

El Obispado tomó estas medidas tras el anuncio del Gobierno de decretar el Estado de Alarma ante la mayor expansión del coronavirus y las peticiones de las autoridades sanitarias y gubernamentales de reducir la movilidad y evitar la concentración de personas, según ha anunciado en un comunicado.

"Como cristianos queremos seguir las indicaciones de las autoridades para combatir esta pandemia hasta su erradicación", ha asegurado el Obispado, por lo que ha dispuesto estas medidas que afectan a la misa.

También pidió a los sacerdotes que celebren diariamente la Eucaristía, aunque sea “con un número muy limitado de fieles, e incluso solos, pidiendo por el cese de esta pandemia. La liturgia de la Iglesia se debe seguir celebrando, aunque sea a puerta cerrada”.

Asimismo, pidió a todos los fieles que intensifiquen la oración por las personas enfermas, las fallecidas y sus familiares, así como por los profesionales sanitarios y por quienes están sirviendo a la sociedad en estos momentos desde sus puestos de responsabilidad profesional.

“En esta situación adversa debemos observar las medidas de seguridad recomendadas por las autoridades; y tenemos el deber de seguir prestando atención espiritual y material, especialmente a los enfermos, a los ancianos, a los pobres, a los niños y a las personas vulnerables. La caridad es la máxima norma del cristiano”, ha remarcado el Obispado.