Coronavirus

Peluqueros andaluces auguran el “cierre definitivo” de establecimientos cuando acabe la crisis sanitaria

El sector, que ve “trampas” en las medidas tomadas por el Gobierno, pide mejores ayudas que garanticen la supervivencia del gremio

Fachada trasera de una peluquería de Sevilla
Fachada trasera de una peluquería de SevillaManuel Olmedo

El sector de las peluquerías atraviesa uno de sus peores momentos desde la crisis económica. Las principales asociaciones del gremio auguran un futuro incierto para los casi 50.000 salones con los que cuenta España a causa del impacto del coronavirus y las medidas tomadas por el Gobierno.

Alejandro Lebrón, presidente de la Asociación de Peluquerías y Estética de Sevilla (APES), manifiesta que el Ejecutivo central no “está teniendo en cuenta” a un sector que en España factura 6.800 millones de euros al año y del que viven miles de familias andaluzas. “Se incluyó a nuestro sector dentro de los establecimientos que podían abrir, por lo que todas las asociaciones nos pusimos en marcha para mostrar nuestro desacuerdo y el Gobierno rectificó”, explica.

15 DE MARZO DE 2020
El Gobierno justifica que peluquerías y tintorerías permanezcan abiertas durante el estado de alarma como medida que mejorará la higiene de las personas de edad avanzada. Así explicaron fuentes del Ejecutivo estas excepciones que establecía el real decreto sobre los negocios que podrían permanecer abiertos durante el estado de alarma. Desde el Gobierno señalaron que las peluquerías son un servicio que garantiza la higiene en las personas de edad avanzada, que a menudo tienen dificultades de movilidad para cortarse el pelo y lavarse la cabeza.

La decisión del Gobierno de mantener abiertas las peluquerías durante el estado de alarma tenía el objetivo de ayudar a que personas mayoreso con movilidad reducida pudieran seguir manteniendo su higiene. En este contexto, tras las reivindicaciones del gremio en las que se negaban a permanecer abiertos por motivos de seguridad –ya que los peluqueros están “piel con piel” con sus clientes– a partir del 15 marzo las peluquerías pudieron echar el cierre de sus locales, pero aún podían –y pueden– prestar servicios a domicilio por higiene, “una incongruencia porque nosotros nunca hemos realizado servicios a domicilio por higiene ni tampoco tenemos una preparación sanitaria de ningún tipo para realizar esta labor”, lamenta el presidente de APES.

Lebrón insiste en que la situación “ya no tiene sentido” y que habitualmente las personas que tienen alguna discapacidad o están impedidas “acuden a las peluquerías con la cabeza lavada y acompañadas de sus cuidadores” porque los “salones no suelen estar adaptados”. El presidente entiende que “si los cuidadores o sanitarios tienen que lavarle el cuerpo a una persona con movilidad reducida también son los encargados de lavarles el cabello”.

22 DE MARZO DE 2020
El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, citó a los presidentes autonómicos para que participaran en una videoconferencia en la que pudieron seguir intercambiando información y reforzando la coordinación en torno a la aplicación de las medidas del estado de alarma vigente en todo el país para combatir la pandemia de coronavirus. Ese encuentro sirvió también para que el Gobierno corrigiese su decisión de permitir que las peluquerías abrieran bajo el estado de alarma. A petición de los presidentes de varias comunidades autónomas el real decreto del estado de alarma se modificó y limitó el servicio de peluquería sólo para personas mayores a domicilio.

Según Lebrón, “que nos dejaran esa puerta abierta nos hizo desconfiar y pensar que algo tenía que ver con las ayudas, porque si no tenemos el negocio cerrado al cien por cien no podemos aspirar al paquete completo de ayudas”. Además, advierte de que “nadie ha llamado para solicitar servicios de higiene a domicilio” para personas mayores o discapacitadas. Además, comenta que esta época del año es clave en Andalucía por la “cantidad de grandes celebraciones" que tienen lugar en la comunidad. “Es en este momento cuando tenemos las esperanzas puestas en nuestras facturaciones, pero estamos cerrados y confinados. Entiendo que tiene que ser así por salud, pero para la economía de nuestro sector es trágico. Estamos a expensas porque tenemos gastos, pero no entra nada en las cajas y nuestro sector vive al día”, lamenta.

Raúl Tovar, un peluquero que cuenta con un negocio que sostiene a cinco familias en el centro de la capital hispalense, argumenta que la ayuda que va a recibir son 661 euros, “una cantidad que no sirve para nada” en un negocio que trimestralmente tiene que pagar unos cinco mil euros en concepto de IVA, IRPF, seguridad social o, entre otros, la cuota de autónomos. El peluquero sevillano explica que, además, “para conseguir esa pequeña ayuda” tiene que demostrar que su facturación ha bajado un 75 por ciento en los tres últimos meses, algo “imposible” porque “el parón ha sido en marzo y en enero y febrero no ha bajado tanto como para llegar a esa reducción”.

Raúl confiesa que ya no le da importancia al coronavirus, “a mi lo que no me deja dormir es la Administración, son trampas por todos lados”, confiesa. “Lo que pedimos es lo que se ha hecho en Francia. Cero ingresos, cero gastos. El mundo se paralizó el día 14 de marzo para nosotros así que de ahí en adelante no deberíamos pagar ni un céntimo de alquileres, ni de IVA ni de cualquier otra cosa”, manifiesta.

En este sentido, el presidente de APES aboga también por la inclusión de bonificaciones, ayudas a la contratación o flexibilizar los pagos con la administración una vez que se estabilice la situación.

Por otro lado, ambos coinciden en que esta situación, que ya “es insostenible”, provocará que muchos negocios “cierren definitivamente” porque es un sector “que vive al día” y no “podrán hacer frente al pago de todas las facturas” cuando acabe la crisis sanitaria que asola al país.

Las peluquerías en España facturaron 6.800 millones de euros el año pasado y generaron 35.000 puestos de trabajo directos y 200.000 indirectos. Además, el país alberga casi 50.000 salones, lo que corresponde a uno por cada 900 habitantes, el doble que la media europea.