Semana Santa
El peso de la cruz del hashtag
Las hermandades se agarran como si del undécimo mandamiento se tratara al “Quédate en casa” durante la Semana Santa. Monseñor Amigo proclama la “más sentida Estación de Penitencia” este Miércoles Santo
La llamada del Rey se agradece entre los cofrades pero, lejos de alcanzar el consuelo buscado, ofrece la medida de la pérdida para los devotos andaluces. Cómo será la pena y la frustración ante el enemigo invisible que provoca el confinamiento -más allá de los chuzos de puntas de las inclemencias meteorológicas de otros años- para que un monarca llame para dar poco menos que el pésame. El rey Felipe VI expresó al presidente del Consejo de Hermandades de Sevilla, también de Málaga, “su apoyo incondicional y su personal reconocimiento a todas las hermandades por la extraordinaria y necesaria labor social que están desarrollando en estos tiempos de crisis”.
El «Mater mea» de Chopin sonó a cante jondo de gitano viejo por el puente de San Bernardo, barrio de toreros, en el aniversario de la muerte de Belmonte, heredero de un pueblo flamenco de tez morena, dureza de apero de labranza en las manos; de sentimiento profundo y, también, de quebranto. Las fugitivas horas trascurrían con el estoicismo y la entereza de los soldados españoles que arriesgan su vida en las misiones humanitarias en lugares que no se sabe dónde están o de los sanitarios y Fuerzas y Cuerpo de Seguridad del Estado aquí mismo, en los hospitales y las calles durante esta batalla ante un enemigo microscópico aunque visible en un rastro de cifras letales y ataúdes en procesión.
El ejercicio de constricción de las cofradías sublima el sentimiento. El hermano mayor de Los Panaderos lo resumió: “No es coherente que le pida a mis hermanos que se queden en casa y yo me acerque a la capilla a ver a los titulares”. La Lanzada, también en Sevilla, recordaba que este Miércoles Santo “en esta ocasión será muy diferente al que soñamos durante todo el año. Nuestros Sagrados Titulares nos acompañarán desde San Martín en una jornada de oración y recuerdos que os invitamos a compartir desde vuestros hogares”. La Semana Santa se queda en casa con los cofrades clavados sobre las cruces del hashtag.
La Sed, San Bernardo y el Carmen. El Buen Fin, la Lanzada y el Baratillo. Este año no son las cofradías las que buscan refugio en la Catedral sino los devotos los que se agarran al asidero de la memoria. Del temor a los atentados yihadistas del pasado año se ha pasado a un enemigo interior cuya tasa de letalidad se desconoce aún con certeza pero que ha dejado ya más de 600 víctimas mortales en Andalucía. Las Siete Palabras de este año, ya para siempre, son la promesa de que mañana seguro volveremos.
El arzobispo emérito de Sevilla, monseñor Amigo Vallejo, lanzó un mensaje de esperanza: “Santísimo Cristo del Buen Fin, Nuestra Señora de la Paz, estaremos en la iglesia de San Antonio pero de una manera diferente”. “No queremos ni debemos faltar a esta cita. Llevaremos nuestra fe en Jesucristo y la victoria de la muerte por las calles de Sevilla”, señaló el cardenal. “Seguiremos los pasos de Cristo, acordándonos de Jesús, de los que no tienen. De los que no tienen padre, los que no tienen esperanza”, proclamó con la medalla de la hermandad al cuello. “La palma de la victoria y la resurrección”. La “más sentida Estación de Penitencia”. Las hermandades proclaman como si del undécimo mandamiento se tratara en esta Semana Santa de la pandemia el “Quédata en casa”.
No hay pasos en las calles pero se mantiene la fe y la esperanza. Con las lágrimas todavía a medio secar, Andalucía se impregnó del dolor y los versos del «Romancero gitano». «Dentro de la fragua lloran, dando gritos». Las «voces de muerte» que «sonaron cerca del Guadalquivir» se convirtieron en «silencio de cal y canto» e imágenes que no se olvidan nunca, aunque no se quieran recordar. En Sevilla, doblaron las campanas y disparos de pena partieron el cielo. Todos los ojos lloraban el mismo mensaje, como aquel pregón de Carlos Herrera con una promesa: “A la Gloria, sevillanos”. En Sevilla, más pronto que tarde, estallará el azahar y se volverá a contar el tiempo al revés.
✕
Accede a tu cuenta para comentar