Medio Ambiente
Investigan a dos jóvenes de Sevilla que intentaban vender pollos de cernícalos
La Guardia Civil imputa a los investigados como presuntos autores de un delito contra la protección de la flora y fauna y comercialización de especies protegidas
La Guardia Civil imputa a dos jóvenes de El Viso del Alcor (Sevilla) como presuntos autores de un delito contra la protección de la flora y fauna, por la tenencia y comercialización de especies protegidas de fauna silvestre, delito castigado con penas de prisión, de seis meses a dos años o multa y, en todo caso, con la inhabilitación para el ejercicio de la caza o pesca por tiempo de dos a cuatro años, al “intentar vender pollos de cernícalos”.
Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Sevilla sorprendieron el pasado día 11 a dos jóvenes de la citada localidad que trataban de vender dos pollos de cernícalo común ‘Falco tinnunculus’, los cuales habían sido ofrecidos a la venta mediante un conocido portal de Internet.
La Guardia Civil trasladó a los jóvenes a dependencias oficiales donde fueron investigados. Los dos pollos de cernícalo fueron depositados en el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) de Sevilla donde serán recuperados para su posterior reintroducción en el medio natural.
Este falcónido está protegido por Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas incluido también en el Anexo II del La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, más conocida como Cites por sus siglas en inglés.
El cernícalo común es una pequeña rapaz de la familia de los halcones, de alas apuntadas y cola larga y estrecha, con forma aerodinámica. Mide de 31 a 38 cm de longitud y tiene de 65 a 82 cm de envergadura alar. Es fácil de ver durante el día, ya que le gusta el campo abierto y las zonas de matorral, campiñas y dehesas, y es común verlo sobrevolando tierras de cultivo y páramos. Hacen sus nidos en grietas de rocas o edificios, antiguos nidos de córvidos, huecos de árboles o directamente sobre el suelo, realizando sus puestas mayoritariamente en el mes de junio, “siendo una de sus mayores amenazas, el expolio de sus nidos”, añade el comunicado.
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