Ferraz confía en que el «nuevo tiempo» del PSOE-A dure al menos hasta la próxima primavera

Ahora no toca bailar, aunque haya quien esté dispuesto a pelear. Ayer se celebró la primera reunión de la Comisión Ejecutiva del PSOE-A tras el Estado de alarma que se decretó por la pandemia y en ella volvieron a quedar expuestas, a lo largo de las 16 intervenciones que se produjeron, las dos corrientes que ahora recorren el partido. De un lado, los afines a la líder de la formación, Susana Díaz, reprocharon a los críticos, que no acepten «el nuevo tiempo de acuerdo entre el secretario general, Pedro Sánchez» y la propia Díaz, en palabras del secretario de Organización de los socialistas andaluces, Juan Cornejo; y el que con sus «filtraciones» a los medios sobre las grietas internas «beneficien a la derecha». Y es que entienden que «sí están haciendo una oposición útil» al Gobierno autonómico que encabeza Juanma Moreno. De hecho, Cornejo los instó a dar «la cara», sobre todo porque «algunos de ellos tienen cargos institucionales y el respaldo del partido» y lamentó que, en ocasiones, lo que transmiten «ni coincide» con el análisis real «de lo ocurrido».

Desde el ala aludida replicaron que el debate y la reflexión interna «ayuda a mejorar» y cosieron que como de verdad «se le hace el juego a la derecha» es «no aceptando ninguna opinión distinta a la de la ‘mesa camilla» de Díaz. «Quieren acallar cualquier voz que no sea ésa», se quejaron, según apuntaron fuentes consultadas por LA RAZÓN, que sumaron que en concreto la diputada Ángeles Férriz reclamó más «apoyo» para los alcaldes que «han estado muy solos durante la crisis» y pueden contribuir a «fortalecer la marca PSOE». Aunque algunos presentes se lo rebatieron.

Se habló de la moción de censura de Cartaya y al término de la reunión se deslizó que hubo «ataques personales» y «linchamiento, pero fuentes de ambos bandos admitieron que transcurrió «con normalidad» y que no se llegó a un «tono agresivo en ningún momento», si bien, tampoco se sucedieron «más de siete u ocho intervenciones claramente a favor de la dirección» de entre «unos 50 miembros». Con todo, se aprobó «por unanimidad» el Informe de Gestión del Grupo Parlamentario Socialista de Andalucía, un recopilatorio de las 28.804 propuestas del PSOE de esta legislatura, que presentó su portavoz en la Cámara, José Fiscal, quien hizo un llamamiento a la unidad. Y lo mismo sucedió con la nueva incorporación a la Ejecutiva autonómica, el coordinador de los diputados nacionales andaluces José Antonio Rodríguez Salas, quien también intervino para instar a aunar fuerzas contra el adversario común, la derecha que está impidiendo que la comunidad «ocupe el lugar que se merece». En Ferraz apuestan por congelar los movimientos en la federación andaluza hasta al menos «la primavera del año que viene». Antes habrá que fijar la atención presumiblemente en otro territorio: Cataluña.