Entrevista

José Ángel Saiz: «Mi deseo es que se pueda celebrar la Semana Santa con normalidad»

El arzobispo de Sevilla asegura que «la concertada es una forma de hacer llegar a mucha gente un modelo de escuela inspirada en unos valores concretos»

El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses
El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz MenesesKiko HurtadoLa Razón

El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, va tomándole el pulso a la ciudad y su provincia, un vasta diócesis con realidades diversas y a veces complejas. Con voz firme y trato cercano, se muestra preocupado por el aumento de contagios de covid-19 y sus consecuencias.

Hace seis meses que tomó posesión como arzobispo de Sevilla. ¿Cuál es el balance?

Muy positivo, gracias a Dios. En estos meses he ido conociendo la diócesis y está siendo una inmersión poderosa. He conocido parroquias, hermandades, movimientos, instituciones de Iglesia y representantes de la sociedad civil y de las administraciones. El ritmo es intenso pero está siendo una bendición del cielo. La acogida ha sido muy agradable y cariñosa.

Estamos en plena sexta ola de la pandemia, con los contagios aumentando de manera exponencial. Las administraciones ya barajan volver a adoptar restricciones. ¿La Iglesia también, por ejemplo en los cultos?

La Iglesia se va adaptando a cada momento. Mi predecesor en el mes de mayo, después de una orden de la Consejería de Salud, emitió un decreto prohibiendo el culto público y en septiembre, también después de una nota de la Consejería, me tocó emitir otro autorizándolo. Espero que no haya que prohibir de nuevo el culto público. En las iglesias se observa mucha disciplina. Hay gel hidroalcohólico a la entrada y a la salida y se usa mascarilla durante toda la celebración. Creo que no hay problema. Incluso en las procesiones, en las que he participado más activamente, como el traslado del Gran Poder de la Candelaria a Santa Teresa y desde la Catedral a la basílica, miraba a un lado y a otro y la grandísima mayoría de personas llevaba mascarilla y estaba en actitud de silencio y oración. En la curia tuvimos la celebración de la Navidad, con la misa pero se suprimió el piscolabis. Ahí es donde está el peligro, en las comidas y cenas. Debemos extremar la prudencia al máximo.

¿Cabría en este contexto un nuevo decreto para limitar los cultos externos? Recordamos imágenes recientes de la Misión del Gran Poder que ahora supondrían una temeridad.

Todo es posible y será según las orientaciones de las administraciones, en particular la Consejería de Salud. Todo está abierto.

¿Peligra la celebración de la Semana Santa?

Esa respuesta solo Dios la sabe. De aquí a Semana Santa no sabemos cómo evolucionará la pandemia. Mi deseo es que se pueda celebrar la Semana Santa con normalidad. Creo que es el deseo de la totalidad de los fieles y la ciudadanía. Otra cosa es que la situación se agravase mucho y tengamos que iniciar restricciones serias o incluso confinamientos. Hay que actuar buscando el bien de las personas.

La pandemia ha traído consigo una crisis económica y social sin precedentes. ¿Cómo está contribuyendo Cáritas a paliar las necesidades de los sevillanos?

Está multiplicando su labor porque las peticiones se han incrementado. Está respondiendo de la forma que se espera.

Juan Espadas acaba de renunciar al cargo. ¿Cómo ha sido su relación con el ya ex alcalde de Sevilla?

Muy buena y cordial. Es importante que la relación institucional sea correcta y la personal fluida. En los temas que se han abordado ha habido colaboración.

¿Conoce al que será el nuevo alcalde, Antonio Muñoz? ¿Qué espera del nuevo regidor?

No he tenido ocasión de hablar con él. Espero lo que se espera de todo responsable del ámbito de las administraciones: que viva su vocación política desde el servicio y la entrega a la ciudadanía. Cada día rezo por los políticos para que el Señor les dé luz para detectar bien los problemas y fuerza para resolverlos.

También se reunió con el presidente de la Junta. ¿Hay buena sintonía?

Tanto con el presidente como con la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico. La relación con las administraciones está yendo muy bien.

El Gobierno legalizó la eutanasia y Andalucía ha anunciado la creación de una comisión de garantías para resolver posibles conflictos. ¿Le parece suficiente?

La Iglesia siempre se opondrá a todo lo que atente contra la vida humana. Donde haya fieles de la Iglesia, ellos intentarán también traducir esa doctrina en leyes e instrumentos que puedan favorecer la vida.

¿Está en riesgo el modelo concertado con la nueva ley educativa del Gobierno?

Creo que si somos realistas no está en peligro. Es una forma de expresión de la libertad de los padres y de elegir para sus hijos la educación que creen más conveniente. Es un derecho en definitiva. Las administraciones a veces van en una dirección y en otra, pero peligro no debería haber nunca. Es algo que se debería salvaguardar. No es un modelo elitista, al contrario. Es un modelo bien valorado que se inspira en el humanismo cristiano para que llegue a las capas de la sociedad menos acomodadas. Si la escuela concertada se suprimiera sólo habría dos opciones: la pública o la privada, que es cara lógicamente. La concertada es una forma de hacer llegar a mucha gente un modelo de escuela inspirada en unos valores concretos.

¿Qué le parece que la vicepresidenta Yolanda Díaz se haya reunido con el Papa?

El Papa es la cabeza visible de la Iglesia católica, que es una institución que en el mundo tiene 1.300 millones de fieles e implantada en todos los países. A veces hay presidentes de gobierno, vicepresidentes o ministros que piden una entrevista con el Papa y él los recibe. En ese marco hay que considerar esa entrevista con la vicepresidenta. No hay que sacar el encuentro de ese contexto.