Arqueología
El error técnico del Templo de Hércules
Arqueólogos y cartógrafos discrepan sobre la ubicación en Cádiz y la Junta de Andalucía admite que «era una hipótesis» y «nunca se dijo que fuera verdad»
«Cuando la leyenda se convierte en hecho, imprime la leyenda», acuñó John Ford en «El hombre que mató a Liberty Valance». La búsqueda de los restos del templo fenicio-púnico de Melqart y de Hércules en Cádiz está derivando en el género de suspense después del anuncio a mediados de diciembre del hallazgo de unos restos de edificaciones antiguas entre Camposoto y Sancti Petri, en Cádiz, que supuestamente pertenecían al mítico enclave donde la leyenda dice que lloró Julio César ante el busto de Alejandro Magno. Menos de un mes después se ha desatado la polémica tras los argumentos por parte de arqueólogos y cartógrafos que aseguran que la tecnología empleada para sostener la supuesta ubicación en la antigua Gadir no es válida. La delegada de Cultura de la Junta en Cádiz, Mercedes Colombo, admite que se trataba de «una hipótesis, y como tal hay que estudiarla». «Nunca se dijo que era una verdad lo que allí se exponía», dijo. Es más, añade que «los datos que han salido ahora también son hipótesis y habrá que, científicamente, ver si es verdad o no». En busca del templo perdido.
Tesis en cuarentena
En principio, se anunció que la aparición de los restos de un edificio monumental bajo el agua, en la desembocadura del Caño de Sancti Petri, podían corresponder, entre San Fernando y Chiclana, al templo fenicio-púnico de Melqart, Hércules Gaditanus en la época romana según recogió Estrabón. Entonces se informó de que los trabajos de documentación realizados a través de un Sistema de Información Geográfica y la aplicación de métodos de teledetección (Lidar) llevados a cabo por Ricardo Belizón Aragón y Antonio Sáez Romero, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, habían hecho posible la localización de estas estructuras de gran interés arqueológico y patrimonial en la citada área comprendida entre Camposoto, en San Fernando, y Sancti Petri, entre los términos de San Fernando y Chiclana. Esta tesis está ahora en cuarentena debido a la tecnología aplicada. Según el cartógrafo Kiko Sánchez, técnico de la Junta que estudia en una tesis el uso de la tecnología Lidar en arqueología, la investigación está basada en un uso erróneo del sistema. El estudio inicial a través del método de teledetección y tras la interpretación de los datos por un software libre visualizó la estructura en el mapa.
Sánchez y otros cartógrafos cuestionan si el sistema funciona enviando a la tierra pulsos de luz desde lo alto y mide el tiempo del rebote en la superficie que determina las alturas. Sostienen, asimismo, que la tecnología en cuestión no es válida en una superficie de agua y, por tanto, el mapa contiene parámetros erróneos, con lo que el resultado no es real. La información trasladada al Instituto Geográfico Nacional, al Instituto de Patrimonio Histórico Andaluz y al autor de la investigación que amparaba el templo en Cádiz corroboraría que en realidad se trata de «una estructura de 63 centímetros sobre el nivel del mar». Dicho estudio apuntaba a una estructura de 300 metros de largo y 150 de ancho. La delegada de Cultura aseguró que «la presentación se dio cuando los que la habían hecho, que era la Universidad de Sevilla y el Centro de Arqueología Subacuática, creyeron que se debía dar, si es pronto o tarde lo decidieron ellos».
No es el primer intento de ubicar los legendarios restos del templo de Hércules. Otro trabajo de las universidades de Cádiz y Córdoba ubicó el enclave a unos cuatro kilómetros del último punto señalado, en el Cerro de los Mártires de San Fernando. En este intento, la tecnología Lidar se usó sobre superficie terrestre junto a un sónar. El profesor de la Universidad de Córdoba Antonio Monterroso –quien ubica el enclave en el Cerro de los Mártires– señala que el Lidar no es un radar y no atraviesa la superficie. En el agua, hace efecto espejo y al procesarlo en el software produce un pixelado que pudo llevar a engaño sobre el supuesto hallazgo en Cádiz. En el estudio «La ubicación del santuario de Melqart en Gadir», Monterroso rechaza Sancti Petri por los cambios orográficos y apuntaba tierra adentro, a una zona que antiguamente era una isla.
El templo de Hércules, o Melqart en tiempos fenicios, de como mínimo el siglo IX antes de Cristo, fue un lugar de peregrinación que se ha convertido en una suerte de arca de la alianza para los arqueólogos. Las teorías son múltiples pero las respuestas siguen siendo una incógnita para un lugar, citado por Estrabón y Filóstrato de Atenas, al que la leyenda señala que acudió Aníbal, el cartaginés, en ofrenda después de su campaña militar. De la ubicación final depende también la interpretación de la historia y de la colonización fenicia. Estrabón dejó escrito que «levantaron la ciudad al oeste y el templo al este de la isla». Casi 2.100 años después, el misterio sigue vigente.
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