"El bloc"

Adelanto técnico

Juanma Moreno se resiste a disolver la cámara autonómica consciente de que jamás hallará socio más confortable que Juan Marín

Juanma Moreno en Córdoba, secundado por el presidente del PP en la provincia, Adolfo Molina. EUROPA PRESS
Juanma Moreno en Córdoba, secundado por el presidente del PP en la provincia, Adolfo Molina. EUROPA PRESSEUROPA PRESSEUROPA PRESS

Con los presupuestos prorrogados y las encuestas desbocadas por ese círculo virtuoso que va del renacimiento de la mano de Feijóo a la consolidación de Olona, a la derecha andaluza le convendría citarnos con las urnas en junio, pongamos que el 12 para salvar fechas sensibles como Pentecostés y el Corpus sin asfixiarnos en los sofocos de San Juan. Es prácticamente imposible que se le escape una rotunda mayoría parlamentaria a la collera PP-Vox, que tendrían un cuatrienio para gobernar sin oposición y allanar el camino para la misión a la que se han comprometido sus respectivos jefes nacionales: desalojar de La Moncloa a Pedro Sánchez y al Frankenstein que lo sostiene. Juan Bravo, el hombre de las cuentas, lo tiene igual de cristalino que Elías Bendodo, deseoso de abandonar su duplicidad de funciones, pero la conveniencia del partido no tiene por qué coincidir con la de su líder, Juanma Moreno, que se resiste a disolver la cámara autonómica consciente de que jamás hallará socio más confortable que Juan Marín, en transición acelerada hacia la irrelevancia. Así, marea el inquilino de San Telmo la perdiz de una prerrogativa estatutariamente presidencial con el prurito, un afán también un poco pueril, de cumplir su palabra de agotar una legislatura que ya está por completo amortizada. Encima, ¡con lo que cunde un verano para negociar una investidura! Se maneja ya el trampantojo eufemístico del «adelanto técnico», da la impresión, para empezar a nombrar lo inevitable. Tres años bien despachados en el cargo y una reelección (casi garantizada) no son magro bagaje para un gobierno al que los agoreros daban por liquidado en seis meses. Sin olvidar lo fenomenal que va a venirle a Juan Espadas, por fin, trincar su salario de diputado autonómico.