Historia

Los secretos de Bayra, la ciudad nazarí sepultada hace 500 años

Arqueólogos e historiadores desentierran restos en buen estado de la antigua Vera (Almería), destruida por el terremoto de 1518

Cerro del Espíritu Santo, donde se realiza la excavación en Vera (Almería)
Cerro del Espíritu Santo, donde se realiza la excavación en Vera (Almería)UGRUGR

El 9 de noviembre de 1518 un terrible seísmo cambió para siempre el destino de la localidad almeriense de Vera, al arrasar completamente el epicentro administrativo comarcal que los árabes fundaron allí en el siglo IX: la ciudad de Bayra. La destrucción fue tan grande que costó la vida al 10 % de su población y obligó a los supervivientes a abandonar ese enclave conquistado por los Reyes Católicos apenas 30 años antes. Ahora, cinco siglos después, el Ayuntamiento veratense se vuelca en conocer la historia tras la leyenda, mientras investigadores y arqueólogos se sorprenden por el grado de conservación de los vestigios medievales encontrados en el cerro del Espíritu Santo.

«Los resultados han sido altamente positivos. Hay variedad de espacios en muy buen estado y con potencial para la investigación», asegura Alberto García Porras, director del Grupo de Investigación Producción, Intercambio y Materialidad de la Universidad de Granada (Prinma), quien explica que los cinco últimos sondeos arqueológicos en la zona han permitido aflorar estructuras ocultas. Aunque ya eran visibles algunos restos de la alcazaba que dominaba el paisaje del yacimiento declarado Bien de Interés Cultural en 2006, «hemos localizado la entrada en la parte superior del cerro y también varios espacios, fundamentalmente de carácter doméstico, con una importante colección de carácter cerámico, vidrio y metales; que estaría actualmente en estudio».

Bayra
BayraAntonio Cruz

A la espera de una nueva intervención a largo plazo, la valoración de los especialistas no puede ser más optimista. Moisés Alonso, unos de los responsables de la prospección que ha contado con expertos a nivel internacional, señala que «parte de los muros sepultaron otras estructuras, otros niveles que estaban más abajo. Eso provocó que los restos quedaran fosilizados frente al paso del tiempo. Capas superiores protegieron otras inferiores y eso está permitiendo recuperarlas». Los estudios realizados ya en el siglo XX, junto a otros trabajos arqueológicos previos como los encabezados por Lorenzo Cara o Domingo Ortiz, evidenciaron que la alcazaba de Vera tenía un muro perimetral con tres torres rectangulares en las esquinas. Con el nuevo impulso de las administraciones se busca la puesta en valor del máximo de elementos patrimoniales de ese entramado y su significado. Un viaje en el tiempo que el profesor García Porras encuentra especialmente interesante por suponer «un periodo transicional en el siglo XVI, en el que la sociedad islámica y andalusí seguía presente, con aún importantes grupos de mudéjares y musulmanes, pero con las primeras penetraciones de la sociedad castellana en estos asentamientos tradicionalmente islámicos». Dos tradiciones arquitectónicas y diferentes culturas materiales, que quedaron unidas por la imposición del cristianismo, pero también por la fuerza de la naturaleza. «Un periodo de modificaciones de la vivienda, de cambios en las técnicas constructivas y en la cultura material. Nuevas influencias que se ven reflejadas en la cerámica, donde observamos incorporación de formas del ámbito castellano en enseres de la cultura andalusí».

Con excavaciones que dejan a la vista muros de casi dos metros aún en pie, restos de escaleras a estancias superiores e, incluso, losas de suelos y arcillas, los investigadores esperan revelar más sobre cómo se vivía en ese periodo de cambios. «Puede convertirse en el yacimiento de referencia para este periodo histórico del que existe abundante documentación escrita, pero no pruebas y restos arqueológicos».

El pasado veratense, reflejado en muchos escritos históricos y la leyenda popular, no siempre ha podido ser confirmado y son varios los mitos que han sido desmentidos por el avance de la ciencia. Por ello, el experto en Historia Medieval, Alberto García Porras, insiste también en la posibilidad de «poder reconstruir cómo era realmente la sociedad en ese momento, cual era la vida cotidiana, qué problemas podía tener la gente... Sus formas de abastecimiento, su nivel de integración en las redes de producción y distribución de materiales». Nuevos prismas que ponen el foco en objetivos como la conservación, la recuperación y, sobre todo en la divulgación del asentamiento. Se han planificado visitas guiadas una vez al mes y el consistorio plantea un ambicioso Proyecto General de Investigación, además de un Plan de Turismo Sostenible.

«El objetivo es dotar al yacimiento de la importancia turística que se merece y convertirlo en un pilar fundamental para el desarrollo de la localidad», afirmaba en Fitur el alcalde. José Carmelo Jorge Blanco. Se van a usar ayudas concedidas a la Mancomunidad de Municipios del Levante Almeriense, a través de los Planes de Sostenibilidad Turística en Destinos y con Fondos Next Generation. Mientras, la Diputación almeriense ha patrocinado un documental, «Vera, donde mi tierra llega al mar» con una reconstrucción audiovisual que alterna las más altas tecnologías de diseño 3D, con interpretaciones de actores locales basadas las investigaciones que suponen el resurgir la ciudad sepultada de Bayra.