La mitad de las capitales andaluzas llegará a las elecciones locales con un alcalde nuevo o que no se presenta

Cuatro –hasta la fecha– de las ocho capitales de provincia de Andalucía llegarán a las próximas elecciones municipales con un regidor diferente o que no se presentará a la reelección en mayo de 2023. En esta tesitura se encuentra Sevilla, que arrancó mandato con Juan Espadas y fue sustituido por Antonio Muñoz (confirmado también como candidato); Granada, que comenzó con Luis Salvador –entonces en Ciudadanos, ahora próximo al PSOE– y continuó a partir de 2021 con el socialista Francisco Cuenca (también confirmado para seguir); Almería, cuyo regidor electo, el popular Ramón Fernández-Pacheco, cedió el testigo a María del Mar Vázquez cuando fue fichado por Juanma Moreno para la Junta; y, por último, Cádiz, cuyo alcalde, José María González «Kichi» ya ha confirmado que no se presentará a la reelección pero terminará el mandato. Aunque Teresa Rodríguez ha valorado que «Kichi» ha mantenido «como principio la palabra dada», todo apunta a que el munícipe ha sabido leer que su trayecto estaba agotado, como poco del pasadoble de Martínez Ares a esta parte. Se mantienen: Gabriel Cruz en Huelva; José María Bellido en Córdoba; el incombustible Francisco de la Torre en Málaga –que también optará a otro mandato–; y Julio Millán en Jaén. Desde 2019, se ha producido más de una docena de relevos en Andalucía, muchos al incorporarse como altos cargos a la Administración andaluza.

El secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, ya ha confirmado que los cuatro alcaldes de capital de provincia andaluza que siguen siendo del PSOE repetirán como cabezas de lista. Así: Antonio Muñoz en Sevilla, Francisco Cuenca en Granada, Gabriel Cruz en Huelva y Julio Millán en Jaén. El PSOE se enfrenta en gran parte al «efecto Moreno» que se concretó en la mayoría absoluta en la Junta de Andalucía y en la victoria en feudos socialistas históricos como la provincia de Sevilla. Si se extrapolan los resultados autonómicos, el PSOE perdería todas las diputaciones y las cuatro capitales de provincia que gobierna. El PSOE depende en gran medida, después de la travesía en el desierto lejos de San Telmo, de las 455 alcaldías –de un total de 785– que sale a defender. En ciudades como Jaén, Córdoba y Málaga el PP dobló a los socialistas, que también claudicaron en plazas históricas como Sevilla y Jaén.

Espadas es consciente de lo que está en juego y ya ha mantenido reuniones con los alcaldes de capitales de más de 50.000 habitantes. En algunas como Jerez de la Frontera, las encuestas también son favorables al PP. Las últimas decisiones estatales –como la reforma del delito de sedición o los problemas con la aplicación de la ley del «solo sí es sí»– dibujan ahora mismo un escenario en el que predominará lo local sobre la gestión nacional. La próxima entrada en prisión de los condenados por los ERE tampoco invita a enarbolar la bandera de la gestión en la Junta de Andalucía.

El resto de partidos también dibuja un panorama diferente al de las elecciones de 2019. Vox ha perdido fuelle pero tiene más base para presentarse en más municipios. La conformación de las papeletas de izquierdas sigue siendo una incógnita y en muchos casos las coaliciones dependerán de la conveniencia y las relaciones personales hasta por territorios. En el ámbito autonómico, ahora mismo Podemos e IU se encuentran distanciados y con tensiones en el Parlamento. La irrupción de Teresa Rodríguez es aún una incógnita. Cs pretende presentarse pero todo apunta a que las municipales conllevarán su réquiem definitivo.

Juanma Moreno ya ha dejado caer por los territorios que aspira a que el PP controle las diputaciones y a superar el techo de Arenas en 2011. El PP ya renovó cinco direcciones provinciales para afrontar las municipales. Los populares cuentan con más de 200 alcaldías, como segunda fuerza más votada en 2019. Domina la costa y las capitales de Córdoba, Málaga y Almería. Si arrebatan el primer puesto a los socialistas, definitivamente se completaría el «sorpasso» al PSOE y la identificación como «el partido que más se parece a los andaluces». El PP se juega la hegemonía y el PSOE se juega la última carta para la supervivencia.