
Agricultura
Las plagas y la competencia desleal de Marruecos cambian el paso a los agricultores
El sector opta cada vez más por sembrar variedades seguras ante las crecientes pérdidas en las cosechas

La situación de alta incidencia de plagas en los cultivos de invernadero de Almería sigue generando incertidumbre en el sector y conllevará importantes cambios en la distribución de la superficie agrícola de la provincia desde esta misma primavera, ante la búsqueda de producciones seguras por parte de los agricultores. «Desde COAG hemos comprobado una media del 5% menos de producción con la misma superficie de suelo utilizada», señaló el responsable de frutas y hortalizas de esta organización agraria, Andrés Góngora, contemplando un «retroceso en cuanto al volumen de producto» que se explica en «varios factores como «la sequía, la alteración del clima y, sobre todo, la enorme afectación de las virosis y las plagas, apoyadas por la falta de herramientas para poder combatirlas eficazmente».
El secretario provincial de la coordinadora agrícola apuntó un «descenso anual de toneladas que nos lleva a que nuestra agricultura es cada vez menos productiva» y mencionó el nombre de algunos de los «nuevos desafíos» del sector, como el «parvispinus en pimiento, la verruga y el pulgón en el calabacín o el virus del rugoso en el tomate».
«La campaña va a ser más corta, los cultivos están terminando antes de tiempo porque se ven infectados y las plantas no hacen el recorrido completo», comentó Góngora a LA RAZÓN, preocupado por «un tema muy grave» que, si bien está aumentando el precio de salida, por ejemplo, de los pimientos, «de poco sirve a los agricultores si no tienen kilos que vender porque han sido afectados y reducidos por la acción de las plagas».
Aunque hay otros factores limitantes para este comportamiento de las cosechas, desde la COAG confirmaron «un año en el que los problemas con las plagas son muy fuertes y mucha gente del pimiento se está yendo al cultivo de sandía y al de melón, o incluso al calabacín, porque tuvieron que arrancar las matas afectadas ya en diciembre». En este caso, también «el tomate está sufriendo la presencia de trips» y ni siquiera otros productos como el pepino se estarían librando de una temporada «nefasta en cuanto a la virosis» que «lastrará, sin duda, los datos finales de campaña». Desde la organización agraria no dejan de mirar el riesgo que supone «la producción desleal desde el mes de abril de Marruecos» o «el tiro al pie de Europa con su posición de libre comercio alimentario», pero Andrés Góngora describe un panorama en el que «las plagas que parecían olvidadas vuelven a aparecer» y «las nuevas cepas que tenemos que combatir son cada vez más agresivas». Sin embargo, lo peor es que «el agricultor carece de armas para protegerse de estos problemas» y «los remedios con los que contamos son cada vez menos efectivos».
Por su parte, también Asaja señaló en un informe dado a conocer recientemente el aumento de hasta el 25% de las hectáreas destinadas a la producción de melón para los próximos meses, por «la menor incidencia de plagas y virus» y «por la búsqueda de rentabilidad por parte de los agricultores que lo ven como un producto seguro». Si bien la presidenta de la patronal agraria en Almería, Adoración Blanque, estimó el crecimiento de hasta el 40% en la superficie de producción de tomate y de un 30% en la de pepino, al ofrecer «mejores comportamientos y precios en las últimas campañas y generar confianza en los productores», reconoció que «cada vez se suman más dificultades al algoritmo de la rentabilidad agrícola». «Este aumento en las producciones se debe, en parte, a los daños causados por el parvispinus en cultivos de ciclo largo como el pimiento, lo que ha llevado a muchos agricultores a diversificar y optar por alternativas más viables», explicó Blanque sobre una campaña que «ha empeorado en la incidencia de las plagas respecto a años pasados en los que ya estaban presentes».
Así, mientras los invernaderos de la región enfrentan la proliferación simultánea de tres tipos de trips, además de los virus e infecciones que se han convertido en un desafío complejo y urgente para el sector agrícola, desde Asaja detallaron que «las plagas levantan cultivos y cambian las perspectivas de los invernaderos», ya que «ponen en jaque a los agricultores» y «generan mucha incertidumbre» en el sector.
En este sentido, también atisba una «producción agrícola inferior en 2025» porque «nuestros asociados nos dicen que no tienen kilos que recoger». Desde Asaja, puntualizaron que «aunque tengamos un buen precio en las pizarras, no es una media ponderada de la producción que hemos podido sacar adelante».
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