Buena nueva

La comisión de sequía suaviza las restricciones al consumo en 19 municipios del sistema Guadalete-Barbate

Los regantes tendrán un 25 por ciento más del agua que venían recibiendo

Una mujer se protegen de la lluvia con un paraguas
Una mujer se protege de la lluvia con un paraguasAna EscobarAgencia EFE

La comisión de gestión de la sequía de la demarcación del Guadalete-Barbate ha acordado por amplia mayoría suavizar las restricciones al consumo de agua, que ahora serán de 225 litros por habitante y día en diecinueve municipios gaditanos. Además, se han flexibilizado las medidas a los regantes, a los que se ha decidido aplicar una subida del 25 por ciento del agua que venían recibiendo.

La reducción de restricciones se produce tras las aportaciones que las últimas lluvias y las escorrentías han dejado en los embalses de la provincia, con 55 hm³ nuevos de agua, que elevan la capacidad de agua embalsada al 30,64 %. Se aumentan las aportaciones para que puedan llegar a un máximo de 225 litros por habitante y día para el consumo de agua en los 19 municipios que abarca el abastecimiento de uso urbano del Sistema Guadalete.

Esos municipios son Alcalá de los Gazules, Algar, Arcos de la Frontera, Barbate, Benalup-Casas Viejas, Cádiz, Chiclana de la Frontera, Chipiona, Conil de la Frontera, Jerez de la Frontera, Medina-Sidonia, Paterna de Rivera, El Puerto de Santa María, Puerto Real, Rota, San Fernando, San José del Valle, Sanlúcar de Barrameda y Vejer de la Frontera. En la zona de la Sierra de Cádiz se va a permitir también aumentar hasta los 225 litros por habitante y día en los municipios de Alcalá del Valle, Algodonales, Arcos de la Frontera, Benaocaz, Bornos, Coripe, El Bosque, El Gastor, Espera, Grazalema, Olvera, Prado del Rey, Pruna, Puerto Serrano, San José del Valle, Setenil de las Bodegas, Torre Alháquime, Ubrique, Villaluenga del Rosario, Villamartín y Zahara de la Sierra.

Por su parte, la comisión ha levantado todas las medidas de ahorro establecidas para el abastecimiento del sistema Tarifa, ya que éste ha entrado en normalidad. Se mantiene y se prohíbe con carácter general el uso de agua potable para baldeo de calles, riego de jardines, parques públicos y privados, lavado de coches fuera de los establecimientos autorizados, fuentes ornamentales que no dispongan de circuito cerrado de agua, duchas y surtidores públicos.

En el caso de los municipios con más de 10.000 habitantes, se tienen que adoptar las medidas establecidas en sus respectivos planes de emergencia municipales. En cuanto al regadío, se aplicará una subida de las aportaciones que tienen actualmente un 25 por ciento, con lo que tendrá que establecer una medida de ahorro del 50 por ciento de los recursos superficiales y procedentes de aguas subterráneas que se utilizan en las zonas regables de los sistemas Guadalete y Barbate.