Opinión|"Tornaviaje"

DANAS

Mientras caía el diluvio sobre Valencia, la Guardia Civil decomisaba los artilugios electrónicos que prueban las fechorías del fiscal general y los diligentes diputados progresistas votaban apresurados el asalto al consejo de administración de RTVE

PAIPORTA (VALENCIA), 03/11/2024.- Miembros del cuerpo de Bomberos de Fuenlabrada trabajan en labores de desescombro en la localidad de Paiporta tras el paso de la dana. EFE/Ana Escobar
Situación en Valencia tras el paso de la DANAAna EscobarAgencia EFE

Si ha sido grave la riada que asola a la región de Valencia, el día después está siendo desolador. La tragedia no ha disipado la pugna entre los políticos que padecemos. Como signo de la ira de la naturaleza ante tantos idiotas reunidos alrededor del mismo sillón, no es suficiente más de doscientos fallecidos en cuestión de minutos y los miles de damnificados actuales, para detener la inquina entre esta conjura de los necios que nos gobiernan sin orden ni concierto.

La tímida alerta no dio tiempo ni para abrir el paraguas. Narran allí, que del chispeo inicial se pasó a la tromba en pocos minutos. Una desmedida cantidad de lluvia, abrió las compuertas del cielo. Los mansos arroyos se convirtieron en torrenteras, los ríos, crecidos en furia, se llevaron por delante a personas, coches, casas y hasta los puentes modernos. Algunos pobladores se salvaron por milagrosos vecinos. Muchos, más de 200 no podrán contarlo.

Una concatenada serie de imprevistos y de pésima precaución dieron como resultado el territorio devastado que enseñan las imágenes. Las poblaciones asentadas en zonas de riesgo no han sido provistas de medidas cautelares. Sólo una previsión de los años cincuenta, tuvo el ojo de desviar el río Turia de la ciudad de Valencia. Aquel desvío salvó ahora a la ciudad de una inundación devastadora. Hoy, esos estudios hidrológicos no parecen haberse hecho con diligencia. No vale echarle la culpa al ‘cambio climático’.

Una respuesta a simple vista lenta, torpe e insuficiente. Lo dicen los vecinos que recogen a sus muertos y barren el barro, un lodo de verdad. En esta alta emergencia quienes tienen conocimientos suficientes son los militares. Pueden restaurar puentes, vías terrestres y férreas. Capacidad para montar un hospital de campaña, de abastecer por aire alimentos y agua potable, restablecer las comunicaciones. Resguardar las propiedades con la policía militar. Para ordenar esto han mareado la decisión demasiado tiempo. La tragedia pedía prontitud. Privó el cálculo de las culpas políticas. Para blindar a RTVE fueron expeditos.