
Opinión I Tornaviaje
Comparecencias
Una parodia de juicio blando sucede en las Cámaras, donde parlamentarios de la oposición juegan a ser jueces sin obtener respuestas de los indiciados. Ésos, no obligados a decir la verdad, pueden mentir impunemente. Es la escenificación para justificar que unos vigilan a los otros. Mientras, la fiesta continúa

El más reciente compareciente, con toga inocente, ha sido el ministro de Interior, Marlaska. Juez in illo tempore, ha mutado a obnubilado contestando que no recuerda o no se cruzó con ninguno de los vinculados a la trama Ábalos. Un ministro, que controla las fichas de las fuerzas policiales, responsable de las cosas que se mueven dentro de España, no se entera de la liturgia interior. Los que le preguntan y repreguntan pierden su tiempo. Ese escenario ofrece un espectáculo mediático, que no aclara nada ni compromete a quien comparece. Se enjuagan las caras unos y otros. Un simulacro para cumplir con el orden de esta democracia disminuida.
Del ‘toque técnico’ de Delcy y sus maletas en Barajas, se enteró este ministro cuando aquel Falcon estaba en vuelo y próximo al espacio Schengen. Él, nada tuvo que ver con aquella noche sin controles aduaneros. Este pasmado ministro del Interior de España vive en el país del nunca-jamás se entera. Los interrogadores se quedan tan campantes, con caras de haber cumplido y haberse ganado el sueldo ese día. Los titulares mediáticos repiten la sesión dando la apariencia de que todos consuman su papel. Total, en la España de sobresaltos, otra noticia surge inmediatamente para sustituir a ésta.
La de Marlaska, ha sido suplantada por la de Errejón. Un acosador, tenaz y persistente, disfrazado de feminista. Su mano boba acariciaba espaldas y nalgas de mujeres, llevándoselas al huerto. Utilizó la erótica del poder hasta que ha perdido la razón, según dice. El farsante Errejón, promesa política de la nueva ola comunista, inscrito en la banda bolivariana del ‘Socialismo del siglo XXI’, actuaba como un refinado machista, aunque silenciado por sus camaradas de Podemos, Sumar, Más Madrid. Los chiringuitos comunistas se tambalean ante esta operación Podemita, que cobra viejas facturas desde la oscura mano de Pablo Iglesias. Errejón olvidó lo que dijo su Che Guevara: “Si no vives como piensas, terminas pensando como vives”. Por ahora, está protegido por la presunción de inocencia. Un juez dirá.
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