Gastronomía

La extraña tapa que triunfa en Sevilla desde hace 40 años

Pese a la peculiar mezcla de sabores, se ha convertido en un imprescindible para locales y turistas

El bar La Flor de Toranzo sirve la tapa que triunfa en Sevilla
El bar La Flor de Toranzo sirve la tapa que triunfa en SevillaLa Razón

Pese a su extraña combinación se ha colado en el ranking de "montaitos" imperdibles en Sevilla. En un principio la mezcla de ingredientes puede causar rechazo, pero quien lo ha probado se rinde a los encantados del "montaíto" de anchoas con leche condensada que se sirve en Flor de Toranzo.

Ubicado en pleno centro de Sevilla, Flor de Toranzo es un local emblemático de Sevilla, frecuentado por locales y turistas. Lo fundó en 1952 Triunfo Venancio Gómez Ortiz, natural de San Martín de Toranzo (Santander), de ahí el nombre del local. El sitio es también conocido como «Trifón» el apodo de Triunfo Venancio . Ahora es su hijo Rogelio Gómez Gómez el que regenta el establecimiento. El local está especializado en chacinas y conservas. Las sirven al corte y también en molletes de Antequera o en emparedados, como denominan a unos montaditos que sirven en unos pequeños bollitos de pan ligeramente tostados.

Flor de Toranzo ha traspasado fronteras por sus montaítos de "pringá", pero, sobre todo, por los de anchoas con leche condensada. Cuentan que a Rogelio se le ocurrió la idea de forma casual. Gómez era un enamorado del concentrado lácteo que mezclaba casi con cualquier alimento que llegara a sus manos. Y las anchoas santoñesas que venían a casa del bar familiar no iban a ser menos. Este pequeño bocadillo, que nació hace 40 años, actualmente se cotiza a 3.40 euros.

Pero si hay un bocadillo que identifica a Sevilla ese el serranito. Los ingredientes de este delicioso bocata sevillano son el jamón, carne (normalmente de pollo o de lomo), pimiento, tomate, huevo y patatas, en alguna ocasiones se le acompaña con salsa alioli. Raro es el bar (sobre todo en Andalucía) que no lo tenga en su carta de bocadillos, habiéndose convertido en uno de los más populares y demandados.

Su popularización se la debemos a José Luis Cabeza Hernández, quien a inicios de la década de 1980 abrió un local de hostelería en la ciudad de Sevilla y cuyo plato estrella (además de sus riquísimas tapas) fue un bocadillo al que le puso de nombre el mismo nombre que el local que regentaba ‘El Serranito’ y que a su vez era el apodo artístico de este singular personaje, quien había sido novillero en sus años de juventud y posteriormente cantante. Quiso probar suerte en el mundo de la hostelería y, visto el resultado, no se le dio nada mal.

Pero el bocadillo serranito no fue una invención que surgió de la imaginación de ‘José Luis del Serranito’ (nombre artístico con el que era conocido) sino que se inspiró en el que se servía en otros bares sevillanos (como el ‘Échate p’allá‘ o el ‘Hermanos Morales‘), cambiando parte de la receta original y, sobre todo, registrando el nombre del resultado final como una marca comercial con el que se ha conocido universalmente.

El bar ‘El Serranito’ y su producto estrella tuvo un gran éxito y el negocio acabó convirtiéndose en una popular cadena de restaurantes llamados ‘Mesones del Serranito’.