Consumo
El método que reduce un 40% el riesgo de anisakiasis tras la captura de un pez
Un estudio de la Universidad de Granada ha comparado la presencia de parásitos en peces enteros y peces eviscerados
Investigadores de la Universidad de Granada han demostrado que si se extrae el tubo digestivo del pescado inmediatamente después de su captura, justo en el mismo barco, baja más de un 40% la presencia de anisakis, un parásito nocivo para la salud de las personas.
El estudio ha comparado la presencia de parásitos en peces enteros y peces eviscerados, es decir, aquellos a los que se les ha extraído el tubo digestivo a bordo del barco tras su captura, informa la Universidad de Granada.
Para ello, se han adquirido en pescaderías de Granada fanecas procedentes del Golfo de Vizcaya.
En los peces enteros se detectan dos tipos de parásitos visibles a simple vista: anisakis e Hysterothylacium (un género de gusanos parásitos).
El único que afecta a las personas es el anisakis, pero la presencia de helmintos (gusanos) hace que el pescado sea rechazado por el consumidor.
Este estudio muestra que la eliminación del digestivo del pescado en el barco reduce más de un 40 % la abundancia de anisakis y elimina totalmente el Hysterothylacium.
Los resultados señalan que eliminar el tracto digestivo de los pescados a bordo del barco justo tras la captura, al menos en el caso de la faneca, disminuye el peligro de adquirir una anisakiasis, la infección provocada por el anisakis.
Al mismo tiempo, explica el profesor de la Universidad de Granada Manuel Morales Yuste, la eliminación completa del Hysterothylacium mejora el aspecto del pescado, haciéndolo más apetecible y aumentando su valor comercial.
Los investigadores destacan la importancia de seguir estudiando estas prácticas de evisceración a bordo para optimizar su eficacia, con el objetivo de minimizar, e incluso eliminar, la presencia de nematodos en peces comerciales, reforzando así la seguridad alimentaria.
En cualquier caso, los autores del trabajo insisten en la necesidad de que los consumidores sigan las recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, así como de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Ambas advierten que no hay que consumir pescado que no haya sido previamente sometido a un proceso térmico.
"El pescado (para consumir crudo o no) solo es seguro si ha sido congelado a -20 °C, hasta el centro de la pieza, más de 24 horas (se recomienda una semana en congeladores de, al menos, tres o cuatro estrellas) o alternativamente si ha sido cocinado a una temperatura mínima de 60 °C, en toda su masa, por más de un minuto", especifica el catedrático Francisco Javier Adroher.