
Temporal
Guadiaro, el río de la discordia que muere y renace constantemente
Su caudal es muy cambiante debido a los espigones y otras construcciones situadas en su desembocadura

El río Guadiaro, que ayer estuvo a punto de desbordarse provocando el desalojo de numerosos núcleos de población a su paso por Málaga y Cádiz, está envuelto en la polémica por los constantes cambios en su caudal. Se trata del río más caudaloso del Mediterráneo Oriental y surte a un buen número de espacios protegidos.
Su cuenca abarca una extensión de 1.505 km2 y el curso fluvial alcanza una longitud de 82 kilómetros. El caudal medio se estima en 30 m3/s, muy por encima del resto de ríos nacidos en la provincia de Málaga.
El año pasado, este caudal estaba desapareciendo "por la mala planificación y control de la Junta de Andalucía", según Ecologistas en Acción, ya que se estaba "secando uno de sus afluentes, el río Genal, provocando la muerte de mil hábitats protegidas por la Unión Europea".
El Guadiaro nace en el paraje de La Indiana, en el término municipal de Ronda, donde confluyen los ríos Guadalevín y Guadalcobacín, los cuales recogen gran parte de las aportaciones hídricas de los arroyos de la hoya de Ronda que bajan desde la sierra de las Nieves y sierra Blanquilla. A pocos metros de su nacimiento recibe las aguas del arroyo del Cupil y el arroyo de la Sanguijuela. En su camino hacia el Mediterráneo, el río sigue un curso en dirección nordeste-sudoeste, adentrándose en el término municipal de Benaoján.
Es en su desembocadura donde el río presenta una mayor problemática medioambiental por el taponamiento de la misma debido a la rotura de la dinámica del litoral como consecuencia de los espigones y construcciones del puerto de Sotogrande, ya en la provincia de Cádiz.
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