Caos

Indignación en Santa Justa: “Esto es impropio de un país moderno”

El tráfico de los trenes AVE a Madrid se reanuda lentamente mientras crece el enfado de los pasajeros

Estación de tren de Santa Justa, en Sevilla, esta mañana
Estación de tren de Santa Justa, en Sevilla, esta mañanaLa RazónLa Razón

Segunda jornada de lunes consecutiva de caos en la estación de tren de Santa Justa, en Sevilla, donde miles de viajeros esperaban esta mañana tras el corte de la línea AVE hasta Madrid. El robo de cables de cobre en la tarde del domingo provocó la interrupción del tráfico ferroviario, afectando a los pasajeros que tenían previsto llegar a la capital hispalense y los que se dirigían a Madrid.

Paneles sin información en la estación de Santa Justa
Paneles sin información en la estación de Santa JustaLa RazónLa Razón

Confusión, falta de información e indignación. Es el ambiente que se respiraba en la principal terminal ferroviaria de la ciudad, que se prepara para vivir intensamente la Feria desde esta noche. “Esto es impropio de un país moderno”, aseguraba un pasajero que tenía previsto coger el AVE a las 7:30 de la mañana y que esperaba a que el personal de Renfe ofreciera información. “Sabía que había trenes afectados ayer, pero pensaba que la incidencia se iba a arreglar y hoy el AVE funcionaría con normalidad”, aseguraba mientras intentaba acceder a un mostrador. “Nadie nos da información y esto es un caos”, señaló, no sin antes remarcar las consecuencias de esta situación. “Tengo que trabajar y la jornada está perdida. No sé si estaré aquí toda la mañana o todo el día. Necesito llegar cuanto antes a Madrid”, apuntó. Este pasajero no sabía a qué hora salía su tren, si se había pospuesto o si finalmente quedaba cancelado, a la espera de su reubicación. “Cuando compras un billete de AVE no sólo te expones a que salga tarde, sino que ya te enfrentas a que no salga por cualquier problema. Y son ya demasiados”, se lamenta.

Tal y como ocurrió el pasado lunes, la Policía Nacional ha tomado los accesos a los controles. Por megafonía se van anunciando algunas salidas y los pasajeros tienen que enseñar los billetes directamente a los agentes. Otros centenares de pasajeros esperan a que salga su tren, aunque la información va llegando con cuentagotas.